Y te diré…quien eres!

Ese dicho reposa en los anaqueles del tiempo, y a veces creo que se nos olvida su aplicación. Aunque con las nuevas generaciones algunas enseñanzas han dejado de ser parte de la cotidianidad, en especial este dicho, “gozar de una buena imagen” se consideraba parte de lo útil que representamos para la sociedad. Los estudiosos del tema social deberán tener explicaciones para que este tipo de comportamiento haya logrado ser considerado obsoleto e inaplicado en estas épocas, sin embargo me atreveré a considerar que parte de esa metamorfosis podría obedecer: ….“ te ganaras la vida con el sudor de la frente” y su cambio por “el menor esfuerzo posible”, y de ese concepto inculcaron otros como la “doble moral” y “no importan los medios”, lo importante es obtener resultados económicos positivos para vivir más cómodo y hasta con opulencia, de esa manera los diferenciaban del resto de mortales.

Recientemente, y aun no salgo de mi asombro, nuestros líderes en diferentes roles, en esta ciudad o en otros lugares, nos envían este tipo de mensajes, tal vez impulsados por el deseo de ser diferentes, con sus aptitudes y responsabilidades buscan la antítesis de los adagios que nos enseñaron los abuelos, mientras se mezclan con lo antagónico para la IN-volución humana. Qué extraño somos los seres humanos, el único ser que atenta contra sí mismo y contra la creación, pero peor aún es la tranquilidad y falta de reacción de quienes no hacemos nada al respecto. Recuerdo que hubo, por muy poco tiempo, “sanción moral” que les impedía a algunos humanos ingresar, a quienes inferían las conductas, en los mismos lugares donde aún respetaban los procederes indicados en la ‘Urbanidad de Carreño’, que tanta falta nos hace aplicar.

Es muy probable, y me atrevería a controvertir que los antivalores, como la corrupción, fueron creados desde el mismo momento en que el hombre pisó la tierra. Sin embargo, un grupo selecto, y tal vez en número superior, son ejemplos de intachable conducta. A pesar que se muestren más los casos de otros líderes o personas que actúan en disonancia a la evolución del ser humano. No puedo y tampoco debo juzgar sus condiciones, porque todos tenemos culpas o pecados, y tal vez aquellos que tomaron esa opción de vida fueron atrapados por el ímpetu de hacerle frente a la vida con ‘menor esfuerzo’, ser aceptados por la ‘sociedad’ o cambiar los valores morales por los económicos, entre otras razones.

Algún sabio decía: “cada oveja con su pareja”, indicando que las uniones entre los seres humanos (ya no me atrevo a señalar ‘de diferente sexo’) a pesar de diferentes, buscaba en el fondo mejorar la condición humana. Esto aplica indiscutiblemente para grupos de personas que tienen que cohabitar en lugares o sitios de trabajo. Por ello, en aquellos tiempos, se diría que la mujer era el complemento del hombre, y viceversa; y en cada país, sociedad, empresa o unión matrimonial los seres humanos debemos buscar nuestro complemento, nuestra razón de estimular en mejorar nuestros valores, pero eso también cambió y ahora el complemento es de otro tipo, incluso podría asegurar que “el principal objetivo” es el económico.

Debemos llegar a construir, entre todos, una sociedad regida por valores que nos conduzcan a la evolución del ser humano, y cada uno de nosotros acostumbrarnos a valorar y poner en práctica los conceptos que nos ayuden a evolucionar particularmente para servir a la sociedad y ser ejemplo modesto para las futuras generaciones, pero también habría que exaltar en los actuales momentos a quienes enaltecen, a pesar de todo, el buen actuar para convertirlos en verdaderos líderes que necesita la humanidad.

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