Existen personas con un alto nivel de inteligencia emocional, éstas se caracterizan por ser empáticas, sociables, poco impulsivas y con gran capacidad de introspección. Cuando una persona se caracteriza por tener una alta inteligencia emocional, se habla de una persona que posee Madurez emocional.

Alcanzar la madurez emocional no es tarea fácil; sin embargo, se puede alcanzar llevando a cabo una serie de conductas y de hábitos. La madurez emocional guarda íntima relación con el bienestar psíquico y emocional, ya que, de acuerdo a investigaciones, las personas emocionalmente inteligentes se encuentran más satisfechas, felices y tienen mayor éxito en la vida.

Algunos hábitos que permiten trabajar para obtener la madurez emocional son:

1. Ser Conscientes: estar conscientes de nuestras emociones y pensamientos ayuda a prestar atención a nuestro entorno y adaptarnos mejor a él. Las personas conscientes de sí mismas y de su alrededor, gozan de un mayor equilibrio emocional, tienden a no juzgar apresuradamente, tratan con compasión a los demás y son capaces de aceptar sus fracasos y tropiezos.

2. Aprender de los errores: La vida no es color de rosa; no siempre las cosas van a salir como deseamos. Es importante tener claro que los fracasos y tropiezos son parte de la vida y que, sí aprendemos de ellos, saldremos más fuertes y resilientes.

3. Ser Asertivo: la comunicación es uno de los aspectos más difíciles en las relaciones interpersonales; ser maduro emocionalmente, implica que, a pesar de no siempre estar de acuerdo con las opiniones/creencias de los demás, es posible aceptarlas y decir lo que pensamos sin necesidad de faltarle el respeto a nadie.

4. Escucha activamente: escuchar no es lo mismo que oír. La escucha activa es no pensar en lo que queremos decir antes de que una persona haya acabado de hablar, es prestar atención no solo a su lenguaje verbal y no verbal, también es saber leer más allá de las palabras.

5. Desapégate cuando sea necesario: Muchas personas se apegan a objetos e incluso a sus ideas sobre lo que está bien o mal. Para evitar el dolor emocional, es necesario aprender a desapegarnos de nuestras creencias, pensamientos y recuerdos.

6. No te estanques en el pasado: el pasado ya no se puede vivir y el presente es con lo único que contamos. Vivir en el pasado solo nos llena de melancolía, culpas y tristezas; además, nos impide disfrutar de las pequeñas alegrías que nos trae el día a día.

7. ¡Basta de Quejas!: criticarte a ti mismo, y a los demás, paraliza y estanca; no hay una conducta más tóxica que aquella en la que te posicionas como un ser pasivo ante los desafíos que se presentan en la vida. Es hora de tomar responsabilidad de nuestros actos y de actuar en vez de quejarse.