El comandante del Ejército Nacional, general Luis Emilio Cardoso, advirtió que la seguridad en Colombia atraviesa un cambio significativo, marcado por la adopción masiva de tecnología por parte de grupos armados ilegales.
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El pronunciamiento se da tras el ataque del ELN a una base de entrenamiento en Aguachica, Cesar, que dejó seis soldados muertos y 31 heridos. Según el alto mando militar, los métodos tradicionales de combate se están quedando cortos frente a las nuevas tácticas delictivas.
Asimismo, entre el 26 de abril de 2024 y el 18 de diciembre de 2025, se registraron 393 ataques con drones, señaló el general Cardoso. Lo que comenzó como un problema aislado en Argelia, Cauca, se ha expandido a otras zonas estratégicas, incluyendo Catatumbo, sur de Bolívar, Chocó, Guaviare y Putumayo.
El Ejército explicó que estos drones son adquiridos con facilidad en mercados internacionales o a través de internet, y posteriormente adaptados de forma artesanal con explosivos.
Según el general, los grupos armados ilegales cuentan con recursos económicos significativos, provenientes del narcotráfico y la minería ilegal de oro, lo que les permite acceder a equipos tecnológicos y entrenamiento especializado, incluso con asesoría de personal extranjero.
Los drones suelen ser activados desde patios de viviendas en zonas civiles, lo que dificulta la respuesta militar y pone en riesgo a la población.
Frente a esta situación, el Ejército ha definido tres frentes de acción: reentrenamiento de las tropas, adquisición de tecnología de detección e inhibición, y la implementación de radares con armas autónomas. No obstante, los altos costos representan un desafío: un equipo fijo de detección puede superar los 2.000 millones de pesos.
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Actualmente, el Ministerio de Defensa gestiona un presupuesto cercano a un billón de pesos para fortalecer las bases militares fijas, dado que hasta ahora se había priorizado la protección mediante aeronaves.



















