El presidente Gustavo Petro reconoció este viernes que los Estados Unidos retiraron 150 armas que hacían parte de la seguridad de la Casa de Nariño en medio de los vaivenes diplomáticos entre Bogotá y Washington, que también le costaron la visa al jefe de Estado y aparte de su gabinete.
“El Palacio de Nariño quedó desarmado. Un gesto de gratitud, pero también me dio mucha rabia porque no sabía, me pareció indigno de nosotros, porque la mayor parte de las armas que cuidaban el Palacio de Nariño, 150 en total fusiles, casi todas, incluido el antidrón, eran propiedad del gobierno de Estados Unidos”, dijo el mandatario.
Agregó en este sentido Petro que había llegado una carta de la Casa Blanca pidiendo esas armas y que él había dado la orden de que se entregaran todas a la Embajada de los Estados Unidos.
“Y me parece un acto, de nosotros indigno, el haber estado cuidándonos aquí con armas de otro gobierno. Del gobierno de Estados Unidos un mensaje: ‘No nos importa si lo matan’. Ya veré cómo me defiendo”, sentenció el jefe de Estado.