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Este lunes por la tarde se espera que un vuelo de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) despegue rumbo a la ciudad de San Diego, California, para traer a territorio nacional a los 110 colombianos que fueron expulsados de suelo estadounidense como parte de las redadas de migrantes anunciadas por la administración Trump.

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“Cumpliendo con el compromiso del presidente Gustavo Petro, y de acuerdo con lo anunciado ayer por el Canciller Luis Gilberto Murillo; el Gobierno nacional dispuso un avión de la Fuerza Aérea Colombiana para que traiga de regreso a casa a 110 connacionales deportados desde Estados Unidos”, indicó la Cancillería.

Asimismo, anunciaron que las deportaciones cumplirán con “los protocolos establecidos para el retorno digno y con garantía de derechos a los connacionales que llegan en vuelos de deportación”.

En el vuelo, que se espera que despegue en las horas de la tarde de este lunes desde el aeropuerto militar de CATAM, se encuentran funcionarios de Migración Colombia, personal de la coordinación de asistencia a connacionales de la Cancillería y personal de asistencia médica.

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El equipo de vuela a recibir a los más de 100 nacionales lo hacen “con el fin de poder garantizar el respeto a los derechos de los ciudadanos y hacer monitoreo médico en caso de ser necesario”.

De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en los próximos días saldrá otro vuelo que repatriará a más colombianos.

Esta decisión se da luego de horas de tensión entre ambos países ante la negativa del presidente Gustavo Petro de aceptar entrar a Colombia el vuelo con los migrante irregulares que había deportado y que, entre otras cosas, los había tildado de “delincuentes”.

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Luego de esto, el Departamento de Estado emitió inmediatamente un comunicado en el que anunció “restricciones” de visados a “los funcionarios colombianos y sus familiares inmediatos que fueron responsables de la interferencia de las operaciones de los vuelos de repatriación estadounidenses”.

Las restricciones, sin embargo, también afectaron a los empleados de los organismos multilaterales, que por lo general trabajan en Washington con visado de no inmmigrantes G-4, de nivel diplomático y oficial.

Tras varias horas de crisis diplomática, Colombia y Estados Unidos anunciaron por la noche una resolución a la crisis, con el levantamiento de esas restricciones una vez aterricen los primeros aviones de deportación a Bogotá.