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Para Lenis Paola Martínez, la mujer secuestrada por su expareja en Bogotá, las 15 horas más tortuosas que ha vivido fue durante su cautiverio que le ha dejado secuelas físicas y sicológicas de las que apenas intenta recuperarse.

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El miércoles pasado recuperó su libertad luego de que fuera sacada a la fuerza de su domicilio en el que se encontraba en compañía de sus hijos que también sufrieron los estragos del agresor.

Su idea inicial era quemar a los niños, aunque nunca llegó a hacerlo si llevaba en un bolso la gasolina con la pretendía llevar a cabo el crimen. Primero los sometió, los amarró y tapo la boca con ayuda de dos cómplices.

“Ellos entraron a mi casa por la fuerza. Cuando llegaron no nos decían nada. Yo empecé a gritar, me taparon fuerte la boca, los niños también gritaron. A los niños los metieron a la habitación, los amarraron, les sellaron la boca y a mí me dijeron que cooperara. Si yo cooperaba, todo iba a salir bien y no se le iba a hacer daño a nadie”, relató la mujer en conversación con la FM.

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Cuenta que cedió a las presiones de sus captores para proteger la integridad de sus pequeños: “Yo me calmé, dejé de gritar, dijeron que si yo cooperaba dejaban a los niños tranquilos. Y más adelante fue cuando me dijeron: ‘Venga, que usted se va con nosotros’”.

Pero no solo fue el secuestro y las humillaciones lo que le tocó vivir durante 15 largas horas, confesó, además, que fue abusada sexualmente por su expareja que ya fue capturada junto con las dos personas que lo ayudar a cometer el delito.

“¿Lenis, usted fue víctima de abuso sexual?”, le preguntó el periodista del medio en mención a lo que respondió de forma breve: “Sí”. “¿De parte de su expareja?”, insistió. “Sí”, admitió Lenis.

El abuso sexual podría ser otro de los delitos que se le imputen a Duván Ardila, su expareja y secuestrador, además de secuestro agravado.

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Durante su relato, Martínez explicó que Ardila tomó esa decisión luego de que ella decidiera hace seis meses terminar la relación. Rompimiento al que se opuso al hombre y que desde entonces le viene insistiendo de que vuelvan pero Lenis se ha mantenido firme.

Una de las intenciones de él era hablar conmigo. Me decía que por mi culpa estaba pasando todo lo que estaba pasando. Porque yo no aceptaba salir con él, porque yo no aceptaba darle otra oportunidad, porque yo no me dejaba ver, no le contestaba las llamadas. Entonces, todo esto lo motivó a hacer lo que hizo”, contó.

La negativa de la mujer es, al parecer, la razón detrás del secuestro pues desde antes ya enfrentaba hostigamientos y persecuciones.

“En su momento denuncié, denuncié los incidentes, porque al principio me colocaron medidas de protección en la comisaría de familia. Denuncié los incidentes de incumplimiento, porque a pesar de todo eso, él incumplía. Él seguía esperando a la salida del conjunto, a la salida de mi lugar de trabajo. Y desde ahí para acá nunca ha habido tranquilidad. Nunca ha habido tranquilidad”, concluyó.