Este martes se conocieron denuncias que señalan a la guerrilla del ELN del secuestro de seis personas en Arauquita, Arauca, incluyendo un firmante de paz.
Las víctimas del plagio perpetrado en la vereda Caño Tigre serían dos mujeres y cuatro hombres, entre ellos el desmovilizado Ricardo Ramos.
Las autoridades investigan lo sucedido para tratar de liberar a los plagiados y dar captura a los autores.
Tropas de la Octava División del Ejercito están desplegadas en la zona para intentar rescatar a las víctimas.
Ramos al parecer estaba en el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, Aetcr, Filipinas, cuando llegaron al parecer los subversivos y se lo llevaron junto con otras cinco personas, posiblemente sus familiares.
“Inmediatamente conocidos los hechos denunciados por la población, la Octava División con el Gaula Militar de Arauca, y de manera coordinada con el Gaula de la Policía Nacional, despliega tropas hacia la zona con el fin de recaudar información que permita dar con el paradero de estas personas para regresarlas a la libertad”, escribieron en las redes las autoridades.
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En la tarde del pasado lunes también se reportó un nuevo ataque en la vía que conecta Quibdó con Pereira, cuando un vehículo tipo furgón fue incinerado a la altura del corregimiento de Tabor, en el municipio de Tadó, Chocó.
Al respecto, la gobernadora chocoana, Nubia Córdoba, publicó en X: “Esto refuerza la paradoja: ¿Hay en verdad ‘tregua’ o ‘cese al fuego’ cuando no cesan las acciones bélicas contra la población civil, el comercio, los servicios y vías públicas?”.
A mediados de diciembre pasado, el ELN anunció un cese al fuego unilateral por la temporada navideña, en el cual por parte del grupo armado no realizaría operaciones militares ofensivas en contra de las Fuerzas Armadas del Estado.
Según el documento difundido por el grupo armado ilegal, el cese al fuego iría desde las 12:00 a.m. del 23 de diciembre de 2024, hasta las 12:00 a.m. del 3 de enero de 2025.
Hay que recordar que el proceso de conversaciones entre el ELN y el Gobierno atraviesa por un congelamiento, luego de una reunión extraordinaria entre las partes ocurridas entre el 19 y el 25 de noviembre, en la cual acordaron reunirse nuevamente en enero.
Durante los acercamientos para reanudar los diálogos de paz en Caracas, la guerrilla del ELN le propuso al Gobierno un nuevo modelo de negociación para reactivar la mesa suspendida desde hace un par de meses atrás.
En las conversaciones, detenidas desde finales de septiembre tras un ataque terrorista de ese grupo contra la base militar de Puerto Jordán, Arauca, que dejó un saldo de tres militares asesinados y más de 20 heridos, el grupo armado ilegal le presentó al Ejecutivo un documento de 13 puntos con los que proponen reanudar las negociaciones.
“Implementar lo que se va acordando. Construir sobre lo construido, monitoreo y verificación del cumplimiento de los acuerdos, cláusula de incumplimiento”, se lee en la propuesta.
Así mismo, asegura el ELN que se debe buscar un acuerdo de paz para impulsar la democracia, que debe haber una visión común de paz que guíe la solución del conflicto, y que esta no puede ser objetada por Estados Unidos.
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“Meta para 2026: avanzar lo máximo posible. Principios básicos: buena fe, resolver las causas de los problemas, no sus síntomas. Cumplir lo acordado, no firmar lo que no se puede cumplir, asumir responsabilidades. Cada parte asume una sola política frente a este proceso de paz: decir la verdad al país”, concluye el documento.
A mediados de octubre, el representante de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, dijo en la presentación de su informe trimestral: “Lamentablemente, desde que las partes volvieron al enfrentamiento armado, el número de muertos y heridos en ambos lados se ha duplicado en comparación con todo el año durante el que estuvo en vigor el cese al fuego. En medio de recriminaciones mutuas, desafortunadamente se ha perdido la confianza. No obstante, me alientan las recientes declaraciones de ambas partes, en las que expresaban su voluntad de reunirse para analizar la forma de superar el actual estancamiento. Confío en que las partes aprovechen esa oportunidad para empezar a recuperar el impulso de un proceso que había avanzado de forma prometedora antes de llegar a este punto muerto”.
Y es que no es claro en este momento el porvenir de la mesa de paz con el ELN tras la suspensión de las negociaciones dictada por el Gobierno ante el atentado terrorista del pasado septiembre en la base militar de Puerto Jordán, Arauca, que dejó, violando normas del DIH como la cercanía de un colegio y el uso de artefactos explosivos artesanales, tres uniformados muertos y 29 más heridos, siete de ellos en una Unidad de Cuidados Intensivos.
El Ejército de Liberación Nacional se atribuyó el ataque a través de un comunicado del Frente de Guerra Oriental, que es el más activo y numeroso del ELN, que dijo que el atentado es “legítimo” porque en la base militar supuestamente se “custodia y protege” a miembros de una banda criminal al mando de alias Pescao a “quien usan (los militares) para su plan mercenario como paramilitares”.
La comunicación del Frente de Guerra Oriental también aseguró que su “inteligencia” conoce de que en el ataque a la base hubo “más de 30 bajas entre oficiales, suboficiales y soldados profesionales, entre muertos y heridos”.
Adicionalmente, el ELN aseguró que ha cumplido los acuerdos alcanzados con el Gobierno en las negociaciones de paz que se iniciaron en noviembre de 2022 en Caracas.
Según esa guerrilla, prorrogó “unilateralmente el cese al fuego de un año, hasta el 23 de agosto y el Gobierno siguió sin cumplir, subestimó nuestra voluntad de retomar los diálogos de paz, permitiendo a Otty Patiño (consejero comisionado de paz) proseguir con su tarea ‘progringa’ de mantener a nuestro país amarrado a los planes de guerra perpetua”.
A propósito de los diálogos el comandante del ELN, Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García, aseguró que el proceso de paz con el Gobierno colombiano puede continuar pese a que no haya un cese el fuego.
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García recordó que el cese el fuego de un año, que expiró el pasado 3 de agosto, “no pudo prorrogarse y en el contexto de buscar soluciones, el ministro de Defensa y el comandante de las Fuerzas Militares ordenaron reanudar las operaciones ofensivas contra el ELN”.
La mesa de paz se estancó a comienzos de 2024 por las exigencias del ELN de que el Ejecutivo los retire de la lista de grupos terroristas y abandone el diálogo regional que mantiene en el departamento de Nariño con Comuneros del Sur, grupo supuestamente escindido del ELN.