El Gobierno nacional retomará las negociaciones políticas iniciadas en Caracas con la Segunda Marquetalia, comandada por ‘Iván Márquez’, sin este ex alto comandante de las FARC, y solo con una facción de esta disidencia, que actúa en el suroeste del país.
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Así lo aseguraron las partes en una rueda de prensa tras una reunión este martes en Bogotá, donde se confirmó que el Ejecutivo seguirá negociando solo con la recién renombrada Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano.
El anuncio se produce luego de las versiones en torno a si ‘Iván Márquez’ está vivo y a la escisión que se dio al interior de la Segunda Marquetalia, repitiendo así la historia de cuando esta facción de las FARC decidió apartarse del Acuerdo de Paz de 2016.
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Así las cosas, el Gobierno negociará con la parte de esta disidencia que agrupa a los llamados Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, que actúan en Nariño y Putumayo, que estarán representados en la mesa de diálogos por el exintegrante de las FARC ‘Walter Mendoza’.
‘Mendoza’ espera que el “lanzamiento de la mesa sea un evento de masas en Puerto Asís (Putumayo) en la primera semana de enero” del año entrante.
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Por el momento, las dos partes retomarán los diálogos como acordaron en la primera ronda en junio en Caracas, cuando ‘Mendoza’ negociaba en nombre de la Segunda Marquetalia bajo la sombra de ‘Márquez’ (que estuvo presente en la capital venezolana), a quien estas otras dos estructuras se habían aliado.
Aunque el nombre de la disidencia lo tenga la Segunda Marquetalia, formada cuando ‘Iván Márquez’, quien fuera jefe negociador de las FARC en La Habana, decidiera salirse del acuerdo en 2019 y volver a las armas, la realidad es que los Comandos de la Frontera son quienes ponen la mayor parte de armas y efectivos.
Y ante una aparente puja de poder en la disidencia y por la incógnita de las condiciones de ‘Iván Márquez’, ‘Mendoza’ ha sido ratificado en una reunión de estas estructuras como vocero.
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“Nosotros hemos dicho y nos hemos comprometido en que tenemos que avanzar en el proceso de paz después del lanzamiento el 24 de junio en Caracas”, subrayó Mendoza en una rueda de prensa en Bogotá, tras reunirse con el Gobierno.
Esta renombrada estructura resaltó que quieren retomar el proceso, estancado desde junio por una aparente falta de mando entre la disidencia, “sea ágil, riguroso y muy serio (...) y llegue a feliz puerto”.
Hacia una paz fraccionada
“La reunión ha sido un evento positivo en la dirección de la búsqueda para la paz en Colombia”, anunció el jefe negociador del Gobierno, Armando Novoa.
Además de retomar la mesa, las dos partes han acordado que las negociaciones ya no serán fuera del país, sino que las mesas rotarán internamente entre Tumaco, Puerto Asís, Bogotá y Popayán.
Y también versarán en torno a una agenda de cuatro puntos: transformaciones territoriales; seguridad en territorios y para comunidades; medidas y rutas de seguridad jurídica para integrantes de estructuras guerrilleras, y participación política.
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No es la primera vez que el Gobierno de Gustavo Petro tiene que reformular una de las negociaciones políticas que tiene en marcha.
Este mismo año se supo la ruptura entre el llamado Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC comandada por ‘Iván Mordisco’, y en la mesa solo se quedó menos de la mitad de este grupo representado por dos de sus estructuras que se separaron.
Incluso con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la única negociación nacional que sigue en pie, las cosas no marchan como el Gobierno quiere y las prioridades están en conseguir la desmovilización de una supuesta facción de la guerrilla que actúa en Nariño, los Comuneros del Sur.
Esta es, entonces, una muestra más de que la ambiciosa paz total de Petro se encamina a una complicada paz fragmentada en un país donde existen decenas de grupos armados.