A Armando Benedetti se le cumplió —¡por fin!— su sueño más anhelado tras enrolarse en el proyecto político de Gustavo Petro: tener una oficina en la tercera y prestigiosa planta de la Casa de Nariño. El camalóenico político, desterrado por el presidente de todos los cargos importantes luego de haberse posesionado, estará a unos metros de los despachos de Laura Sarabia, la directora del Dapre, con quien no vive momentos ídilicos, y del jefe de Estado, su gran amigo, el mismo que le rompió el corazón luego de enviarlo, inicialmente, a una embajada en Caracas, y que -tras no tener cupo para otorgarle un ministerio- intentó contentarlo sin éxito con un nombramiento en Roma.
Pero tanto va el agua al cántaro que por fin se rompe. Benedetti, el verdadero artifice para que Petro tuviera una campaña robusta que le permitiera lograr los apoyos necesarios para ser presidente, regresa a Bogotá para ocupar un cargo como asesor político del presidente en medio de un clima de desfavoribilidad y críticas contra el Gobierno. Su escenario preferido para moverse entre luces y sombras y sacar adelante el barco.
Sin embargo, su aterrizaje no ha caído bien en los pura sangre del Petrismo, que han condenado duramente su presencia por supuestas incompatabilidades con el proyecto pólitico.
“Expreso mi respaldo a las ministras y los ministros de nuestro gobierno que piden una reflexión crítica sobre la llegada de Armando Benedetti a la Casa de Nariño. Existe una serie de hechos que cuestionan severamente la compatibilidad de esa decisión con nuestro proyecto político”, advirtió el senador Iván Cepeda, del Pacto Histórico.
Además, María José Pizzaro se sumó al llamado de nuestras ministras y ministros que este lunes “plantearon una reflexión crítica sobre el fortalecimiento de personas cuyas posturas y acciones han sido incompatibles con nuestros principios. Como mujer no justificare a quienes nos violentan”.
Por su parte, la congresista Alexandra Velásquez lamentó su llegada debido al escándalo de violencia machista el pasado mes de julio, después de que su esposa, Adelina Guerrero, lo denunciara por agresiones físicas durante un viaje a Madrid, España, lo que llevó a la Cancillería colombiana a anunciar la apertura de un proceso disciplinario en su contra
“Si bien estamos en un momento político coyuntural, cuando tal vez se necesita unir todas las fuerzas, el mensaje de la llegada de Benedetti a la Casa de Nariño nuevamente es un golpe para las mujeres que confiamos en la lucha a través del progresismo. Pensamos que el feminismo iba a estar sobre la agenda del Gobierno nacional. Nos ha dado muchos inconformismos a mí y a otras mujeres en esta lucha por los derechos”, manifestó la representante a la revista Semana.
Por otro lado, fuentes de la Casa de Nariño le explicaron a EL HERALDO que funcionarios cercanos al presidente Petro como Augusto Rodríguez, director de la UNP; Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de Salud y Juan David Correa, ministro de Cultura, han mostrado, de puertas para adentro, su inconformismo con el nuevo puesto de Benedetti.
“Estábamos preguntándole en calidad de qué viene nada más y ya nos dio una respuesta. Va a ser un enlace con el congreso”, explicó Gustavo Bolívar, director del DPS.
Las funciones de Benedetti
Benedetti explicó que comenzará sus funciones este martes y que su oficina quedará al lado de las del presidente Petro y de Sarabia, con quien ha tenido fuertes roces.
”Llego en calidad de asesor político del presidente de la República debido a la amistad y a la cercanía que tengo con él”, recalcó en declaraciones a periodistas, e indicó que, entre sus funciones -que no sabe si las realizará como contratista o como empleado público- estará la de estrechar relaciones con el Congreso colombiano.”Se necesita un poco más de experiencia de relacionamiento con el Congreso, no solamente es de ‘politiquería’ o ‘mermelada’ como a veces tontamente se ha dicho”, dijo Benedetti.
También aclaró que antes de regresar al país estuvo 35 días en un centro de rehabilitación para tratar su adicción a las drogas y al alcohol y recalcó que fue una “decisión de familia” para lograr su rehabilitación.
A lo que agregó: “Es una rehabilitación también con Laura Sarabia”, con quien mantuvo un enfrentamiento verbal cuando esta era la jefa del gabinete de Petro y ambos se vieron involucrados en un escándalo de escuchas ilegales.
En su carta de renuncia, Benedetti hizo un balance de su gestión como diplomático ante la FAO, donde llegó después de que el Gobierno c reabriera esa misión que estaba cerrada desde 1999, y aseguró que junto a Brasil, Ecuador, Bolivia y Perú, “pudimos establecer un principio fundamental en las discusiones relacionadas con la Amazonía”.
”Logramos que cualquier tema, proyecto, política o decisión que involucre directa o indirectamente a esta región de importancia estratégica y ecológica global, deba ser discutido y aprobado en consulta con los países amazónicos”, añadió en su carta.