Luego de una mesa de seguridad en el municipio de Aguachica por el asesinato del pastor Marlon Yamith Lora, su esposa Yurlay Rincón, y sus hijos Ángela Natalia Lora y Santiago Lora, las autoridades locales no solo decidieron ofrecer una recompensa de $25 millones por información de los responsables, sino que también decretaron toque de queda.
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De acuerdo con la alcaldesa Greissy Roqueme, la medida va desde las 8:00 de la noche de este domingo 29 de diciembre hasta las 6:00 de la mañana del lunes 30, con el fin de adelantar investigaciones para dar con el paradero del asesino y esclarecer el móvil de esta masacre.
Este atroz crimen sucedió en horas del mediodía de este domingo 30 de diciembre, luego que las víctimas terminaran con su culto dominical en la iglesia evangélica que dirigían, llamada Príncipe de Paz. Posterior a ello, se dispusieron a almorzar en un restaurante de la carrera 5 con calle 30, donde fueron vilmente asesinados.
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Rechazo
El Comité interreligioso de libertad y culto de Valledupar rechazó el asesinato de los pastores y sus hijos, por lo que conminan al Estado colombiano a esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
“Con profundo dolor y tristeza, recibimos la noticia del vil asesinato del pastor Marlon Lora, su esposa y sus dos hijos ministros de culto del municipio de Aguachica, el cual extendemos toda nuestra solidaridad y oraciones, a sus familiares, amigos y congregación.
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Exhortamos al presidente de la república, Ministerio del Interior, Procuraduría General de la Nación, Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la Nación, Gobernación del Cesar, Alcaldía de Aguahica, y demás entidades responsables, tomar las medidas necesarias para la garantías de los derechos del sector interreligioso en el departamento del Cesar, que vienen siendo víctimas de diversos riesgos en muchos municipios en razón de su ejercicio espiritual y social”, indicaron en un comunicado a la opinión pública”.
Añadieron que estos hechos se suman a la larga y dolorosa lista de asesinatos en el departamento del Cesar y que se ha vuelto común para las autoridades.
