Los habitantes de Minguillo, zona rural del municipio de La Paz, Cesar, se encuentran en condiciones precarias de saneamiento básico, educación, seguridad y salud, además de la espera que tienen de los proyectos PDET, de los que resultaron ser beneficiados en el marco del Acuerdo de Paz, firmado por el Gobierno nacional y las antiguas Farc, en el 2016, los cuales incluían mejoramiento de vías terciarias, acueducto, escuelas rurales, proyectos productivos y paneles solares, los cuales serían ejecutados por los entes territoriales.
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De acuerdo con el presidente de la Junta de Acción Comunal, Adrián Mendoza, en esta situación de vulnerabilidad se encuentran alrededor de 240 habitantes, en su mayoría afrodescendientes, entre los que predominan mujeres y niños, que en un pasado vivieron consecuencias del conflicto armado.
La situación de la no ejecución de los proyectos fue puesta de presente a estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Colombia, en el marco de la primera fase de investigación del proyecto “Diseños institucionales, campesinado, conflicto y paz”.
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Según la información aportada por la comunidad, el proyecto de acueducto más grande de Minguillo no funciona como se planeó, ya que solo se tiene agua potable por algunas horas y no las 24 horas del día durante los 7 días de la semana.
Además de ello, los habitantes en el corregimiento solo reciben educación hasta noveno grado, no cuentan con personal médico constante ni con autoridades de la Policía; los paneles solares (que buscan lograr luz a través de la energía fotovoltaica) solo lo disfrutan algunos pobladores, quienes deben pagar por revisiones constantes para su funcionamiento, y el wifi no funciona, o solo a medias.
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A pesar de pertenecer administrativamente al municipio de La Paz, Minguillo es poco conocido por su posición geográfica; no se accede por la cabecera municipal a la que pertenece, sino por el municipio de Agustín Codazzi. Además este territorio está a la espera de que su Consejo Comunitario sea reconocido por el Ministerio del Interior.
Lucía Meneses Lucumí, docente y antropóloga de la UNAL Sede de La Paz, indicó, “en esta primera fase de la investigación es saber cómo se han manejado los PDET en el municipio de La Paz, que pertenece al de la ‘Sierra Nevada - Perijá’, una de las regionales de la Agencia de Renovación del Territorio (ART). En el país hay 16 subregiones del PDET; la que nos compete abarca 15 municipios de los departamentos del Cesar, Magdalena y La Guajira”.
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Por su parte, la socióloga Vanessa Ortiz Piedrahíta, docente de la UNAL Sede de La Paz, recordó que, “lo prometido por los PDET, que es acortar las brechas entre la ruralidad y lo urbano, no está dando buen avance, al menos en este territorio tan cercano a Valledupar, a pesar de ser territorios priorizados por los proyectos que se desprenden del Acuerdo de Paz firmado en 2016”.
Asimismo en el abordaje realizado por la Universidad, encontraron que el Estado sí escuchó las necesidades de los campesinos y las comunidades, pero en la implementación de los proyectos no se ejecutaron ya que esto queda a criterio de las alcaldías de turno.
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En este sentido, sugieren que es necesario un proceso de auditoría de las obras prometidas, que ya adelantan algunas entidades como la Contraloría, porque justamente el PDET “Sierra Nevada – Perijá” se presenta como uno de los más exitosos, pero cuando se va al campo a constatar la ejecución de las obras, la realidad es otra.