La Contraloría municipal de Valledupar abrió indagación al alcalde Augusto Ramírez por presunto detrimento patrimonial tras la eliminación del mural cultural ‘Valledupar, Tierra de Dioses’, que fue pintado hace 29 años por el artista Germán Piedrahita Rojas, q.e.p.d, a las afueras del Concejo Municipal de Valledupar, ubicado en la plaza Alfonso López.
El ente de control le puso la lupa a este caso, luego de que la Contraloría General de la República le trasladara por competencia esta denuncia, por lo que el órgano municipal determinará si hubo irregularidades por parte del alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, en la decisión que llevó a la eliminación del mural, y la presunta afectación del patrimonio económico y cultural del municipio u omisión ante la intervención de un bien de interés cultural, categoría a la que habría sido elevado por el Ministerio de Cultura mediante resolución Nº0795 del 16 de junio de 2000.
La denuncia fue ingresada por la Contraloría Municipal de Valledupar al Sistema de Denuncias, Quejas y Peticiones bajo el radicado D: 695-2019.
El contralor municipal de Valledupar, Edwin Girón Quintana, indicó que 'valoramos la participación ciudadana como instrumento fundamental en la lucha contra la corrupción y el mejoramiento de la gestión pública'.
El hecho causó indignación
El año pasado, causó indignación en Valledupar que el mural de alto valor cultural fuera borrado en el Centro Histórico de esta capital por orden de la Alcaldía, para reparar una pared del Concejo municipal donde estaba plasmada la obra en ese entonces hacía 28 años.
Muchas fueron las manifestaciones de rechazo expresadas por los vallenatos a través de redes sociales y personalmente, quienes calificaron el hecho como 'un atentado a la cultura'.
La obra fue un aporte del fallecido gestor cultural Germán Piedrahita, en 1990, quien acompañado de los artistas Alex Díaz, Jhon Arias, Shelon Díaz y Eduard Martínez, pintó el mural, que se convirtió en uno de los más representativos de la ciudad, destacando los mitos más representativos de la región como la Leyenda Vallenata y de Francisco el Hombre, pero también los principales símbolos de las etnias indígenas, el poporo y su vestimenta.
'Ese mural era mi patrimonio, uno que compartía con Valledupar entera y sus visitantes. Que tristeza tan grande, que nuestra ciudad aún no entienda la diferencia entre valor y precio. El mural hacía parte de la iconografía de la capital del Cesar. Un patrimonio inmaterial de alguien que amó a esta ciudad', dijo en su momento Ángela Piedrahita Betancur, hija del autor.
Tras el repudio general, la administración municipal informó que el mural pintado en la superficie de la fachada del Concejo de Valledupar tuvo que ser retirado en medio de una intervención a la antigua estructura del edificio que se encontraba en deterioro y ya presentaba cavidades en distintos puntos, lugar exacto donde se ubicaba la obra.