Isabel María Viana Padilla permaneció durante cuatro horas con el cadáver de su sobrina de un año y 11 meses en sus brazos, luego que en el hospital Rosario Pumarejo de López, a donde la menor llegó sin signos vitales, le manifestaran que no la podían recibir y que debía dirigirse hasta Medicina Legal donde le manifestaron que tampoco podían tener ahí el cuerpo sin un acta de defunción.
Esta mujer no tuvo otra alternativa que sentarse en una banca a las afueras del instituto forense con el cuerpo de su sobrina envuelto en una sábana y esperar que alguna autoridad competente le brindara ayuda.
De acuerdo con su relato, la niña murió a consecuencia de una cardiopatía congénita que padecía desde que nació a los siete meses de gestación, y que por estos días ella estaba a cargo de su cuidado ya que su hermana –madre de la menor– se encontraba hospitalizada dado que había tenido a su cuarto hijo.
'Llegamos al hospital, no nos quisieron recibir porque la menor ya venía muerta, nos mandaron a Medicina Legal y nos dicen que teníamos que llamar al CTI o a la Policía porque tenían que hacer el levantamiento del cadáver', dijo Isabel María.
También manifestó que la niña se levantó llorando a las 5:30 de la mañana preguntando por su mamá, la abuela trató de calmarla y a los pocos minutos se quedó sin respirar y murió.
Fran Buendía Aguirre, coordinador médico quirúrgico del hospital Rosario Pumarejo de López, manifestó que de acuerdo con una resolución de la administración municipal, la entidad encargada para dar el acta de defunción para estos casos es la última IPS que trató al paciente.
'Es una niña que llegó sin signos vitales a la urgencia. Medicina Legal inmediatamente debió gestionar el acta de defunción con la última institución. En este caso es la clínica Instituto Cardiovascular', explicó. Finalmente el caso fue resuelto por la EPS Dusakawi, a la que estaba afiliada la menor.