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No es el típico acordeonero que se sube a tarima con un sombrero, camisa de cuadros y pantalón, José Daniel Martínez Jiménez, llegó a la plaza del barrio Primero de Mayo en Valledupar, vestido con su uniforme, pues es patrullero de la Policía Nacional.

Nació en Magangué, Bolívar, pero desde hace 13 años hace parte de la Unidad de Protección al Turismo de la Policía Metropolitana de Cartagena, desde donde salió rumbo a tierras valduparenses con la ilusión de coronarse como el rey vallenato en este 2018. Pidió permiso a sus superiores y se puso el acordeón en el pecho.

'Los comandantes me han apoyado mucho en mi talento, que lo vengo desarrollando desde la edad de 12 años, siempre me incliné por la música vallenata. En mis horas de descanso siempre estoy ensayando en mi acordeón y ya es normal que me vean en mi unidad con el instrumento', afirmó el patrullero.

Tiene 33 años y es la segunda vez que asiste a un certamen del Festival Vallenato, en el 2013 participó en la categoría Aficionados, aunque no fue el ganador, esa experiencia fue el impulso para tomar la decisión de seguirse preparando y fue este año en el que se sintió de la mejor manera para aspirar a la corona, pero de la categoría Profesional.

'Me siento seguro de la nota que di, he venido ensayando por mucho tiempo y creo que todo eso se vio reflejado hoy aquí en tarima. Solo Dios sabe qué viene de ahora en adelante, pero estoy preparado para seguir a la siguiente ronda', aseguró José Daniel al bajarse de la tarima de la plaza del barrio Primero de Mayo.

El acordeón como estrategia

Su experiencia musical lo ha llevado a coronarse en diferentes certámenes de las Sabanas de Bolívar, como por ejemplo el del Festival de San Juan Nepomuceno. Esa alegría que sintió al coronarse, explica, solo la ha vuelto a sentir cuando lleva su música a niños y jóvenes de algunos barrios de Cartagena, trabajo que realiza en su institución.

'La Policía está muy orgullosa de mi talento, porque cuando estoy también de turno me voy a los barrios marginados de Cartagena a enseñarles música, melodía a los niños de bajos recursos para que no se desvíen en las drogas, para que no se metan a pandillas y por eso hago de esta manera una labor comunitaria', manifestó el policía acordeonero profesional.

Su arma de dotación, aunque existe, pasa a un segundo plano, pues José Martínez asegura que prefiere ponerse el acordeón en el pecho y que esta sea el ‘arma’ que ayude a combatir la delincuencia en Cartagena.