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Si con el acueducto de Aracataca (Magdalena) el país se sorprendió por las anomalías detectadas en el contrato y construcción de la obra con una inversión de $10.741 millones; con el de Chiriguaná tendría que poner el grito en el cielo. En este municipio al centro del Cesar se destinaron hace tres años $49.523 millones para un sistema de suministro de agua por gravedad y todavía sus habitantes no ven la primera gota de agua.

La mayoría de las casas en Chiriguaná tienen en sus patios pozos profundos hasta de 30 metros para abastecerse del agua que brota de la tierra, porque a pesar de la millonaria inversión, las obras siguen inconclusas.

Los más escépticos de los lugareños piensan que no verán agua del acueducto regional, porque aseguran que los recursos, provenientes de las regalías del carbón, están perdidos.

'Con esa plata han jugado, se la robaron, esa agua no la vamos a ver nunca, es un engaño', aseguró Álvaro Morales León, un chiriguanero que dice que los tubos con los que traerían el líquido desde la quebrada La Mula, en la serranía del Perijá, están tirados a la entrada del pueblo.

Ricardo Payares, ha vivido sus 85 años en este municipio y afirma que históricamente el líquido ha sido deficiente.

En el barrio Los Laureles, cerca a un canal que quedó abierto, con varillas y tuberías sepultadas, no del acueducto, sino del alcantarillado pluvial, otro contrato, que por más de $11.000 millones también se firmó e incumplió en Chiriguaná, vive Jainiris Caro, quien como el resto de sus vecinos, perforó el patio, instaló una turbina y colocó un tanque elevado para crear su propio sistema de abastecimiento.

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Los habitantes usan pozos para abastecerse.

DNP hizo visible las irregularidades. En 2011, una auditoría visible del Departamento Nacional de Planeación (DNP), reveló lo que más tarde daría al traste con este ambicioso proyecto que pretende garantizar agua potable en la zona urbana, en los corregimientos y veredas de Arenas Blancas, El Cruce, Aguas Frías, La Estación, Los Cerrajones, La Sierra, Rincón Hondo, La Aurora, Ojo de Agua y Poponte, con el que se beneficiarían 20.945 habitantes.

El contrato de obra fue suscrito con el Consorcio Acueducto Regional el 26 de mayo de 2010, por el entonces alcalde Ramón Díaz Corzo. Las irregularidades detectadas fueron administrativas, técnicas y físicas.

Para comenzar el contratista recibió el anticipo del 50% el 17 de diciembre de ese año, ($24.161 millones), y solo inició obras el primero de marzo de 2011. La auditoría evidenció que después de 146 días de haber recibido el desembolso, el contratista solo tenía el 1% de ejecución.

El DNP analizó el proceso licitatorio y de contratación, observando que a la licitación solo se presentó un proponente y resaltó que se establecieron tres visitas obligatorias el mismo día, a solo 48 horas de la publicación de los pliegos definitivos, lo que limitaba la libre concurrencia y pluralidad de oferentes.

Respecto al anticipo se evidenció que no existían soportes sobre la utilización del mismo, tipo de cuenta al que se giró, ni respaldo mínimo de estos recursos como extractos bancarios, conciliaciones, aprobación del supervisor, facturas e informes de Interventoría. En la revisión del plan de manejo del anticipo, se observan pagos de viáticos en el mes de febrero cuando aún no se había iniciado la obra.

Con las regalías, a Chiriguaná le han llovido suficientes recursos para darle solución a la cobertura y mejoramiento del suministro de agua, pero su gente sigue padeciendo.

La secretaria técnica del Comité de Seguimiento y Evaluación a la Inversión de las Regalías en el Cesar, María Clara Quintero, consideró que hubo innumerables desaciertos en la inversión de los dineros con gran perjuicio para la comunidad.'Para este millonario contrato no queda otra alternativa, sino que tanto la comunidad como los órganos de control hagan cercano y permanente vigilancia para que el contrato se ejecute', puntualizó.