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Así respondió Jordan Barrera a una pregunta de un periodista tras la derrota ante Argentina en las semifinales del Mundial Sub-20. En el fútbol, la falta de jerarquía se traduce en ausencia de jugadores con la experiencia, el carácter y la madurez necesarios para liderar, mantener la calma y sobreponerse a la presión en los momentos difíciles. Cuando eso no existe, llegan la desesperación, los errores y las derrotas.

De la jerarquía se habla mucho, pero se trabaja poco. Exjugadores, técnicos y comentaristas repiten la frase como un estribillo, pero no se aborda el fondo del problema desde las divisiones menores. Lo vimos cuando perdimos la final de la Copa América ante Argentina, cuando la selección femenina cayó ante Brasil y ahora, nuevamente, con la Sub-20. Siempre la misma historia.

Vale la pena revisar cuántos jóvenes están realmente inscritos y activos en el fútbol profesional colombiano. Son pocos, y a muchos apenas les dan cinco minutos en cancha, mientras que en torneos como el argentino o el brasileño, los futbolistas de esa edad ya son figuras o titulares en equipos europeos. Talento tenemos de sobra; lo que falta es guiarlos con una formación integral que trascienda lo técnico: disciplina, compromiso, seriedad y, sobre todo, cabeza fría para no cometer errores como las expulsiones de Villarreal y Rentería.

También sería deseable que los medios y los periodistas moderaran el entusiasmo: no hay que convertirlos en campeones antes de tiempo, como ocurrió con el Once Caldas.

Jerarquía. Ese es el peldaño que aún le falta escalar al fútbol colombiano. Soñemos con alcanzarlo, pero trabajemos para merecerlo.

Antonio María Guzmán G.