Una situación que no dudamos en calificarla como endémica es la que se ha dado y se está dando en Colombia, que concita nuestra atención, obligándonos a preguntarnos cuáles son sus causas, qué factores lo propician y qué motivan su incidencia, lo que despierta en nosotros una sensación de preocupación, inquietud y desazón.
Nos estamos refiriendo a los casos que por estos días se están dando y bien sabemos que no es por primera vez, sino que se dan en nuestro medio en forma constante y recurrente como son los hechos de criminalidad, desatados por el Clan del Golfo contra la fuerza pública que han dejado más de una veintena de muertos y heridos, ha conmovido el país el secuestro de un niño de 11 años a manos de un escuadrón de hombres armados en Jamundí (Valle del Cauca), los abusos sexuales de que han sido víctimas varios niños en un jardín infantil del Bienestar Familiar en el sur de Bogotá, los problemas de orden público registrados en Catatumbo, la Amazonía, Antioquía y el Cauca, territorios que han sido sometidos a las acciones depredadoras del ELN, las Farc y el Clan del Golfo, dejando una secuela de tragedia y dolor en sus habitantes, con el ítem de las extorsiones y los sucesivos escándalos de corrupción que en el país son el pan de cada día.
Ante estos hechos toca indagar qué es lo que nos está pasando, por qué asumimos estos Una situación que no dudamos en calificarla como endémica es la que se ha dado y se está dando en Colombia, que concita nuestra atención, obligándonos a preguntarnos cuáles son sus causas, qué factores lo propician y qué motivan su incidencia, lo que despierta en nosotros una sensación de preocupación, inquietud y desazón.
Nos estamos refiriendo a los casos que por estos días se están dando y bien sabemos que no es por primera vez, sino que se dan en nuestro medio en forma constante y recurrente como son los hechos de criminalidad, desatados por el Clan del Golfo contra la fuerza pública que han dejado más de una veintena de muertos y heridos, ha conmovido el país el secuestro de un niño de 11 años a manos de un escuadrón de hombres armados en Jamundí (Valle del Cauca), los abusos sexuales de que han sido víctimas varios niños en un jardín infantil del Bienestar Familiar en el sur de Bogotá, los problemas de orden público registrados en Catatumbo, la Amazonía, Antioquía y el Cauca, territorios que han sido sometidos a las acciones depredadoras del ELN, las Farc y el Clan del Golfo, dejando una secuela de tragedia y dolor en sus habitantes, con el ítem de las extorsiones y los sucesivos escándalos de corrupción que en el país son el pan de cada día.
Ante estos hechos toca indagar qué es lo que nos está pasando, por qué asumimos estos comportamientos colectivos, si este estado de degradación lo vamos a encontrar en los resortes de nuestra sociedad, qué es lo que está fallando en ella, si esa llaga la podemos encontrar en el desequilibrio socio económico y político que son patentes en nuestra colectividad.
Valmiro De La Hoz Cantillo, si este estado de degradación lo vamos a encontrar en los resortes de nuestra sociedad, qué es lo que está fallando en ella, si esa llaga la podemos encontrar en el desequilibrio socio económico y político que son patentes en nuestra colectividad.
Valmiro De La Hoz Cantillo