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Grandes luminarias de la industria musical aunaron fuerzas este sábado para subrayar la imperativa necesidad de acabar con el hambre y defender el planeta con el Global Citizen, un colosal evento en el que participaron más de 70 artistas en 15 ciudades, encabezados por el concierto de Nueva York, donde cantaron ante 60.000 personas Coldplay, Billie Eilish, Jennifer López y Paul Simon, entre otros.

Se trataba de uno de los primeros conciertos de esta envergadura que se celebran en la ciudad de los rascacielos después del inicio de la pandemia, y la falta de práctica se notó, con un buen número de fallos en el sistema de sonido a lo largo de casi todo el evento de la Gran Manzana.

La mayor damnificada fue la veterana Cindy Lauper, a quien apenas se escuchaba por encima de los instrumentos en las dos canciones que interpretó, ‘Girls Just Want to Have Fun’ y ‘True Colors’, que le dedicó a las mujeres y niñas de Afganistán.

'Os tenemos en cuenta y seguiremos haciendo lo que podamos para que se sepa por lo que estáis pasando', dijo Lauper sobre el escenario.

Pese a que buena parte del público había acudido a Central Park a ver a sus artistas favoritos, el príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle también levantaron pasiones con su mera presencia en el escenario, donde permanecieron durante más de cinco minutos para exigir igualdad en la distribución de las vacunas de coronavirus.

'Aunque en este país y algunos otros puedes ir casi a cualquier sitio a vacunarte, miles de millones de personas no pueden hacer eso', dijo Markle antes las decenas de miles de personas presentes en el mítico parque neoyorquino.

'Este año se espera que se produzcan en el mundo suficientes dosis como para vacunar a el 70 % de la población en cada uno de los países, pero está mal tantas vacunas hayan ido sólo a para a 10 países ricos y no el resto del mundo', agregó.

La banda británica Coldplay, uno de los platos fuertes, hizo un claro esfuerzo por unificar al mundo subiendo con ellos al escenario a varios artistas, entre ellos a la cantante de Zambia Esther Chungu, que cantó ‘Jehovah’.

También interpretaron el nuevo sencillo en el que colaboran con el popular grupo de Corea del Sur BTS, ‘My Universe’, además de algunos de sus clásicos, como ‘Yellow’ y ‘Clocks’, este último con el celebre pianista chino Lang Lang a las teclas.

Una descarga de emociones

Billie Eilish, hizo las delicias de los más jóvenes con éxitos de su primer disco como ‘Bad Guy’, o ‘My Future’, de su reciente álbum ‘Happier Than Ever’.

Una de las parejas del momento, Camila Cabello y Shawn Mendes, también provocó gritos de emoción entre los asistentes al interpretar juntos ‘Señorita’, mientras que Jennifer López deleitó a su Nueva York natal con ‘Jenny From the Block’, ‘My Love Don’t Cost a Thing’ y ‘If You Had My Love’.

'No sé por qué, últimamente pienso mucho en el amor', dijo López entre risas, en clara referencia a la relación iniciada recientemente con Ben Affleck, con el que ya estuvo durante dos años a principios de siglo.

La sorpresa final la dio Paul Simon, antiguo integrante del mítico dúo Simon & Garfunkel, que se subió al escenario después de Coldplay para sacarse la espina después de no haber podido participar en el anterior megaconcierto de Central Park hace un mes, tras cancelarse por una intensa tormenta.

Simon cantó dos de sus mayores éxitos con Art Garfunkel, ‘The Boxer’ y ‘The Sound of Silence’.

Conciertos por el mundo

Además del de Nueva York, se celebraron conciertos en París, Los Ángeles, Londres, Lagos, Río de Janeiro, Sidney, Bombay, Seúl, Las Vegas, Joahnnesburgo, Madrid y Buenos Aires, entre otros, con actuaciones de Elton John, Stevie Wonder, Duran Duran, o Femi Kuti.

Con el megaconcierto solidario, celebrado en el marco de la Asamblea General de la ONU, se exigía a las naciones más ricas del mundo que antes del COP 26, que se celebrará el Reino Unido noviembre, cumplan con su promesa de donar anualmente 100.000 millones de dólares para encontrar una solución al cambio climático.

Además, se urgía a los países del G7 (los más desarrollados) y a los ciudadanos más adinerados del mundo que contribuyan 6.000 millones de dólares para alimentar a 41 millones de personas en riesgo extremo de hambruna, y que se repartan al menos 1.000 millones de vacunas a los países que lo necesitan.