En las calles de Cartagena, en las oficinas, en las noticias, en las paradas de buses, e incluso por las redes sociales no se habla de otra cosa que no sea el repudio que ha generado el asesinato de la pequeña Alejandra, de 10 años, quien resultó herida de muerte en medio de un atentado en contra de su padre, Jaime Antonio Llorente, quien también murió.
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El doble crimen que enluta a una familia, pero que también estremece a todo un país, ocurrió este jueves 3 de noviembre, en una de las calles del barrio La Providencia, cerca de la Clínica Madre Bernarda, en Cartagena, a pocos minutos de que Llorente recogiera, en su camioneta, a sus tres hijas en un reconocido colegio de la ciudad.
El comerciante fue baleado en dos oportunidades y murió en el acto, mientras que su pequeña resultó herida y fue trasladada a un centro asistencial donde nada pudieron hacer los médicos para mantenerla con vida.
Fotos y videos han circulado a través de las redes sociales en los que se muestran los instantes que vivieron decenas de transeúntes que presenciaron el ataque y trataron de auxiliar a la niña que fue sacada del vehículo inconsciente, mientras que sus otras dos hermanas se encontraban en shock.
