Compartir:

El voto en blanco, que en el vecino municipio de Santa Catalina (Bolívar), alcanzó en los comicios del domingo pasado 4.022 sufragios, el 43,3 por ciento de toda la votación --resultado histórico en los procesos electorales del país y de esa comunidad--, en realidad no constituyó una expresión espontánea de la gente, como es la naturaleza de esta manifestación de la democracia en las urnas.

Constituyó además la segunda más alta votación en una localidad de 17 mil habitantes, integrada por cinco corregimientos y distante 86 kilómetros de Barranquilla, a la que se llega desde esta en casi dos horas en vehículo, por la Vía al Mar, o por la Cordialidad.

Este fenómeno electoral, que se vivió también en la capital del Atlántico con 79.852 votos (16,12%) no tuvo en Santa Catalina esa manifestación voluntaria e individual de la gente de expresarse contra un sistema de gobierno, o contra los candidatos a la elección; filosofía básica y razón de ser del voto en blanco. 

En las elecciones del 2011, el voto en blanco en Santa Catalina representó el 0,52% y en el 2015, 0,94%.

EL HERALDO estuvo en esa población de Bolívar para averiguar qué hubo detrás de la votación más alta de Colombia y encontró una rivalidad política entre conservadores y Partido de U.