Barranquilla ya tiene su propio Palacio de Combates, un homenaje al excampeón de boxeo Sugar Baby Rojas.




Barranquilla ya tiene su propio Palacio de Combates, un homenaje al excampeón de boxeo Sugar Baby Rojas.
Barranquilla ya tiene su propio Palacio de Combates, un homenaje al excampeón de boxeo Sugar Baby Rojas.
No se trata de pedir líderes perfectos. El poder es complejo, sí. Gobernar implica negociar, equivocarse, tomar decisiones difíciles. Pero hay una línea básica que no se puede borrar: el respeto por lo público, el valor de la palabra y la empatía mínima con el otro. Eso es liderazgo. Lo demás es cinismo.
Ese grito que reclama atención, consideración, respuesta o reconocimiento ha sido arma, recurso, derecho, prioridad y muchas veces también sirve de excusa para proclamar lo injustificable. Especialmente cuando las razones son muy inferiores a los beneficios.
Colombia necesita recursos, sí. Pero también necesita un gobierno que planifique, que priorice, que entienda que no se puede vivir eternamente del corto plazo. Subir la retención hoy puede dar oxígeno momentáneo, pero si no se acompaña de una reforma tributaria técnica, consensuada y transparente, será pan para hoy y más crisis para mañana.
No es ficción, ojalá lo fuera. No es exageración, ojalá se tratara de una macabra hipérbole. Lo que siguen viviendo las mujeres, los niños y niñas, los hombres y los ancianos gazatíes es una realidad sin precedentes en un siglo que suponemos “evolucionado”.