Esta situación no solo representa un desafío institucional, sino que genera una profunda incertidumbre entre los ciudadanos, que ya viven en un estado permanente de desasosiego. Nadie sabe qué traerá el día siguiente: una marcha, un decreto, el cierre de una carretera o del transporte público, un escándalo de corrupción o una incoherencia discursiva que amplíe aún más el desconcierto nacional.
Las reformas sociales se construyen sobre la base de la sensatez y la concertación, no atropellando las instituciones democráticamente constituidas.
Ese es, quizás, el modelo que otros países latinoamericanos deberían seguir, donde los cambios de gobierno no deberían implicar retrocesos ni el desconocimiento del interés nacional frente a preferencias políticas.
En esta disputa por las narrativas, lo que está en juego es la estabilidad del país, su futuro y, en última instancia, su democracia. El gobierno parece dispuesto a paralizar al país en la búsqueda de un respaldo popular que responde más a intereses de favorabilidad política que al interés general.
Si bien el sistema de gobernanza del BID no contempla un derecho formal de veto para Estados Unidos, su influencia en las decisiones es significativa: aporta cerca del 30 % de los fondos de este organismo multilateral, lo que lo convierte en el mayor contribuyente. Conviene recordar que Estados Unidos ha sido históricamente el mayor cooperante de Colombia, así como su principal socio comercial.
En este día también es importante visibilizar el dolor y la ausencia que viven muchas mujeres que anhelan ser madres y que, por distintas razones, no han podido serlo. Para ellas, estas celebraciones no siempre son fáciles y suelen reavivar sentimientos profundos que, con frecuencia, son ignorados por las familias y la sociedad.
El Senado deberá asumir el debate con absoluta seriedad, fundamentar sus argumentos en la realidad laboral y económica del país, y procurar que la decisión que adopte cuente con legitimidad y respaldo social.
El papa Francisco fue un humanista integral, preocupado tanto por quienes se encontraban en situaciones vulnerables, como por revivir la fe en aquellos que se habían alejado de la Iglesia al sentirse desconectados o incluso rechazados por su mensaje, y por pensar en un mundo más justo y menos indiferente a la realidad social.
La decisión de una familia de no tener hijos —o de tener solo uno— puede ser económica, pero también responde a las condiciones sociales que persisten. Por ello, no basta con abordar el problema desde el ámbito familiar. Es indispensable revisar las políticas públicas de cuidado infantil entre los 1 y los 5 años, así como reformar el régimen de licencias parentales.
Cabe advertir que, si bien resulta muy difícil lograr una postura conjunta frente a Estados Unidos en el marco de la CELAC, sí podrían impulsarse nuevos acuerdos comerciales a nivel regional para hacer frente a la volatilidad económica que puedan generar las políticas estadounidenses en la región.