Lo importante es que rija la violencia, no las serviles timideces cristianas. Si la victoria y la injusticia y la felicidad no son para Alemania, que sean para otras naciones. Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno”.
Como señala Germán Vargas, los cuentos de Álvaro Cepeda Samudio podrían clasificarse, con fácil y torpe desviación crítica, como simples alardes de técnica, cuando ciertamente, como una corriente subterránea, contienen un suave tono lírico, un clima de soledad y un prodigioso equilibrio entre ficción y realidad.
El relato sugiere que la temprana y terrible disputa de los padres por ganarse el favor religioso del muchacho lo traumatiza de tal modo que lo lleva al a la locura y por último a la muerte.
El libro, escrito en circunstancias adversas, como la autora ha señalado, ha recibido una extraordinaria acogida entre la crítica especializada y los lectores comunes y se ha convertido en un éxito internacional, en un auténtico fenómeno editorial moderno.
Enigma insoluble que ha fascinado por igual a científicos, teólogos, filósofos y poetas. «El tiempo es, pues, la forma en que nosotros, seres cuyo cerebro está hecho de memoria y previsión, interactuamos con el mundo: es la fuente de nuestra identidad…y de nuestro dolor». El tiempo, el gran tema de los cuentos, los ensayos y los poemas de Borges.
El año entrante se repetirá el combate, que es una vivencia, nunca un espectáculo. Sediento de placer, en plena calle don Carnal bailará con una mujer de tres nombres la música inacabable con que desafía a doña Cuaresma.
En términos generales, la visión carnavalesca del mundo supone un nuevo sistema de relaciones intersubjetivas. El carnaval crea una comunicación fluida, libre de restricciones, etiquetas o reglas de conducta. Es el tiempo de la profanación, de la lógica al revés, de la parodia, de la ambivalencia, de la burla y el sarcasmo, de la aniquilación de las diferencias.
El libro de Nuccio Ordine hace un recorrido por la obra y el pensamiento de los más grandes autores de la historia, no solo para intentar dilucidar la utilidad de lo inútil, sino, sobre todo, la inutilidad de lo útil, de lo indispensable.
Y si vamos a hablar de olores, razoné, podría evocar a Homero, a José Arcadio, el primogénito de los Buendía, que siguió buscando toda la noche a Pilar Ternera en el olor de humo que ella tenía en las axilas y que se le quedó metido literalmente debajo del pellejo. «Quería estar con ella en todo momento, quería que ella fuera su madre, que nunca salieran del granero y que le dijera qué bárbaro, y que lo volviera a tocar y a decirle qué bárbaro».
Una obra que exhala Caribe de principio a fin, que sabe cifrar la historia de América Latina en cada esquina de la peripecia, una novela que entreteje una fábula de horror con las mil voces de la cultura popular, con la exuberancia verbal de los pueblos del mar, con su música, su forma de hablar, de interpretar el mundo.