Candidatos a la Presidencia, ya conocen la herencia, ya saben el problema al que se enfrentan, sepan que lo que no se aceptará es lo que le pasó a este gobierno que va durar tres años buscando culpables hacia atrás de su fracaso y un año más diciendo que para dar resultados necesitan cuatro años más de lo mismo, que porque no los dejaron gobernar.
Esto no se resuelve con “pañitos de agua tibia” ni eliminando las EPSs como sugiere el espejismo del gobierno. Al contrario, ellas a pesar de todo, han sido las gestoras del riesgo financiero y operativo actual y han contenido una crisis peor.
Otro obstáculo absurdo es la obligación de actualizar documentos sin cambios reales, como el RUT generando filas y trámites innecesarios. Con tecnología, estos procesos deberían ser automáticos o eliminarse.
Pero liderar significa audacia, inspirar, orientar y movilizar la sociedad. Significa unidad en mínimos comunes denominadores, como el respeto a las instituciones, el valor empresarial para el futuro de país, las defensa a las libertades mínimas, el apoyo a derechos y deberes y la construcción de país con integridad.
En este vacío, la política deja de ser un ejercicio de gobierno y se convierte en una farsa. O peor, en un espacio para el desvarío y la alucinación. Y mientras tanto la ciudadanía esperando respuestas y un cambio que nunca llegó.
Y finalmente reordenar el proceso de paz. Exigiendo de nuevo verdad, justicia, reparación y no repetición, pero sobre todo voluntad de paz a los grupos al margen de la ley. Sin negociar con narcotraficantes y retomando el control central de un proceso que no puede terminar construyendo una falsa “pax narca” o “pax atomizada y laxa”.
Destruyeron el sistema educativo, desconociendo el sistema mixto de educación superior y la autonomía universitaria y prácticamente acabando por inanición con el modelo de crédito de Icetex que hoy beneficia a cerca de 300 mil familias. Y todo sin lograr el aumento de cupos que prometieron.
Uno de los riesgos grandes de las democracias 3P, de populismo, polarización y posverdad (mentira), es que les interesa mantener una tensión popular permanente, una movilización constante para generar hoy positividad en el proyecto político, y claramente eso no se logra con políticas de largo plazo.
Triste afectar así el futuro de Colombia. Y aunque lo que digo no es políticamente correcto, lo hago porque debemos construir siempre pensando en el bien común. Nos tiene que importar siempre más el futuro del país.