En la mayoría de los casos, afecta a las mujeres, aunque también puede presentarse hacia los hombres. Lo esencial es entender que no se trata solo de golpes o agresiones físicas: también incluye palabras, gestos, silencios castigadores, control económico o manipulación emocional.
Desde la psicología, la soledad no se define simplemente como “estar sin compañía”, sino como una discrepancia entre el nivel de contacto social deseado y el real. Una persona puede estar rodeada de gente y sentirse sola, mientras otra puede vivir aislada y sentirse en paz. Lo que duele no es la ausencia física de otros, sino la falta de conexión emocional significativa.
A veces no se trata de falta de amor, sino de falta de equilibrio. Una persona estresada o ansiosa no reacciona igual: puede interpretar mal una palabra, exagerar una situación o aislarse sin querer. Lo que empieza como un problema personal termina afectando la convivencia, la comunicación y la intimidad.
Además, la sensación de abandono puede ser intensa. No se trata únicamente de perder a alguien por causas externas, sino de vivir la experiencia de que esa persona eligió irse, lo cual puede percibirse como un rechazo profundo. Esta vivencia hiere la autoestima y deja un vacío emocional difícil de llenar.
Cuidar la manera en que consumimos información es también una forma de cuidar al otro, de ofrecer un espacio de paz en medio de un mundo caótico.
La llegada de los hijos, las pruebas económicas, las pérdidas, los cambios de la vida. Estas pruebas son como vientos fuertes que pueden derribar o fortalecer el árbol del amor.
La familia que establece normas claras, consecuencias justas y coherentes ayuda a que el adicto asuma responsabilidad sobre sus actos, elemento clave en la recuperación.
El reconocimiento que he recibido no representa un punto final, sino un nuevo impulso para continuar trabajando en la promoción de relaciones de pareja más sanas y en la construcción de una sociedad que viva la sexualidad desde la responsabilidad, el respeto y la plenitud erótica.
Pasar la página no significa olvidar ni minimizar lo que ocurrió. Significa aprender de la experiencia, tomar lo positivo de ella y elegir conscientemente no seguir cargando con aquello que nos roba paz, amor y esperanza.
La esencia del mensaje de Puig es que la vejez puede ser una etapa rica y vital si nos apoyamos en pilares que nacen de adentro: confianza en nosotros mismos, sabiduría acumulada, presencia consciente, sentido de propósito y capacidad de asombro.