Reemplazar a El Cerrejón va a exigir del gobierno nacional y departamental unos grandes esfuerzos en materia de inversión pública y exención tributaria, para proveer al departamento de bienes públicos para poder atraer inversionistas privados que le apuesten al desarrollo de grandes proyectos turísticos, agroindustriales y de energías eólica y solar.
Cuando revisamos la demanda de alimentos y materias en los países con los cuales Colombia tiene suscrito 18 Tratados de Libre Comercio, concluí que los agronegocios más rentables para desarrollar en la finca del médico son la siembra de palma de aceite y de coco, marañón, mango y granada, por la alta demanda que tienen en los mercados de productos cosméticos, medicinales, alimenticios y biocombustibles.
Estos dos importantes sectores de la agroindustria de los alimentos del país están haciendo un enorme esfuerzo para ayudar a crecer la economía y generar riqueza en muchas zonas abandonadas por el Estado.
Si la abstención crea un movimiento político y encuentra un candidato con la capacidad y determinación de ejecutar estas ocho propuestas de gobierno, lo eligen presidente en primera vuelta.
Vamos a proponer reemplazar el costoso, ineficiente y extinguido crédito de redescuento por Finagro por préstamos directos de la banca a través de cartera sustitutiva de inversión forzosa, incluyendo al Banco Agrario, a quien de paso, hay que hacerle una reestructuración total para modernizarlo y sacarlo de la ineficiencia.
La Guajira tiene todas las riquezas naturales que no posee ningún otro departamento en el país; lo que ha faltado es liderazgo, visión y gerencia por parte de los ministros y gobernadores de turno.
El que presente y comunique mejor sus propuestas de gobierno en los debates y manifestaciones públicas, tiene asegurado un puesto en el podio de la clasificación general, y si logra adhesiones de partidos políticos, organizaciones sociales, gremiales y sindicales, será el nuevo inquilino de la Casa de Nariño.
El caso más patético lo vimos con los pronósticos de la supuesta caída de las exportaciones y quiebra que presentarían los sectores exportadores al mercado de los Estados Unidos con los aranceles recíprocos impuestos por el presidente Donald Trump.
Lo más grave de esta seguidilla de errores en la política arrocera es que, ahora, optaron por regular los precios en la cadena industrial, comercial y de consumo. Esta disparatada medida de intervención estatal en el libre mercado, tiene frenadas las compras de arroz y puede disparar la inflación. Están apagando el incendio con gasolina.
La ausencia de un programa de ordenamiento productivo y de un mecanismo de control o distribución de los contingentes de importación hizo que los precios de la producción nacional se fueran al piso.