Héctor Fabio Báez
Siempre tiene una idea para solucionar, propone cosas para desempantanar y es fiel guardián de los intereses del club.

Siempre tiene una idea para solucionar, propone cosas para desempantanar y es fiel guardián de los intereses del club.
El que cantará el Cumbión del Junior, por los años, de los años, amén…
Se siente. Ha sido de siempre. Barranquilla vs. el resto del país. Junior vs. Tolima más el resto fuera de nuestra República Independiente del Caribe. Andan con la perversa encima, repartiendo malas energías a todo lo caribeño.
No me gusta cuando se dice que todo lo del Junior es sufrido. Pero sí, la historia nuestra dice eso.
Mejor final, imposible. Junior derrotó 2-1 a Nacional en el Metro, con 44.260 aficionados en pie de fiesta, en gran partido que tuvo de todo.
Junior, que entró quinto para jugar semifinales, hoy es primero del grupo más fuerte, por encima de DIM, que fue primero, y de Nacional, que fue tercero. Esto para volver a corroborar que es ‘borrón y cuenta nueva’.
Y aquí estamos, otra vez, con el Junior camino a otra estrella en diciembre. Su primer rival será Medellín, el primer clasificado del grupo de los ocho. Pero a partir de ahora es game over, borrón y cuenta nueva.
El fútbol produce un carrusel de emociones que te lleva de la alegría a la tristeza, de la tristeza al éxtasis, del éxtasis a la decepción, de la decepción a las lágrimas y otra vez a la alegría. O sea, te pasea, en 90 minutos, por todos los sentimientos que los seres humanos experimentamos.
Este equipo no sólo es el pan nuestro de cada día sino el almuerzo y la cena.
No es que uno no espere la muerte, sino que nos ha tocado la ausencia, casi que simultánea, de personas con las que vivimos situaciones de vida. Y a mí, particularmente, me golpea muy fuerte. Nunca aprendí a manejar el tema.