Desde la sociedad civil hemos hecho denuncia periodística y presentado acciones jurídicas con base en datos concluyentes, y eso ha tenido la repercusión de crear mayor conciencia pública acerca de la necesidad de tutelar la naturaleza en los procesos de planificación urbana para afrontar los desafíos del cambio climático.
Superar estas impactantes realidades que normalizan la desigualdad implica grandes esfuerzos de inversión pública y una firme voluntad política alineada con el paradigma de una Barranquilla más humana.
Es vergonzoso que el Grupo Argos se jacte de un parque de 4,5 hectáreas como una muestra de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) cuando para ello ha matado un bosque de 80 hectáreas.
El diálogo, que prosigue este viernes, promete razonables acuerdos económicos y sociales, y debe servir para impulsar y consolidar un proceso en el cual la Alcaldía y la comunidad de Las Flores se alíen para convertir este territorio anfibio en un modelo de desarrollo humano integral.
Solo ven las ventas billonarias del proyecto y sus ganancias, los prediales que ensancharán la brumosa tesorería pública de Puerto Colombia. El colmo sería mostrar a Ciudad Mallorquín como paradigma urbanístico de paz con la naturaleza en la COP16.
El problema de fondo de Las Flores (cuyo potencial proviene de su proximidad al río, la ciénaga y el mar) es si el desarrollo turístico que lidera ahí el Distrito solo va a generar negocios que beneficien a unos pocos.
Quienes promueven un urbanismo despreciativo de la crisis climática tienen que revisar sus visiones ecocidas pues vamos hacia un mundo donde la preservación de la naturaleza está por encima de todo.
El señuelo social del Grupo Argos ha sido comercialmente astuto y el ministerio de Vivienda parece haberse tragado la engañifa. Este conglomerado optó sorpresivamente por un proyecto VIS porque era lo que le resultaba rentable según el mercado.
Pues bien, resulta que el PBOT de Puerto Colombia, en el marco de su visión de ser “el mejor lugar para vivir”, colocó en primer lugar la necesidad de implementar políticas, estrategias y acciones para garantizar la accesibilidad a los servicios públicos.
De conformidad con las recomendaciones del estudio de movilidad del Plan Parcial de Ciudad Mallorquín, adoptado a través del Decreto 359 del 29 de diciembre de 2020 por el exalcalde de Puerto Colombia, Wilman Vargas Altahona, este puente debía estar en funcionamiento para el 2032. Es decir, 12 años después de aprobado el Plan Parcial.