La película es el segundo largometraje de la aclamada directora Celine Song, conocida por su notable ópera prima ‘Past Live’s. Aunque ‘Materialists’ no alcanza la misma profundidad emocional, logra capturar con agudeza y humor las tensiones del amor en tiempos de citas digitales.
Esa tensión entre calma visual y violencia latente es uno de los grandes logros del filme, que logra mantenernos emocionalmente involucrados de principio a fin.
El juego entre la vida y la muerte, entre lo moral y la justicia, se pone en cuestión de forma constante. Por momentos, la cinta se transforma en un thriller; en otros, en una sátira que retrata la idiosincrasia de un pequeño pueblo.
Es una historia que pone en valor la compasión y el compromiso moral, aunque se queda a medio camino de explorar a fondo las tensiones políticas y éticas de uno de los períodos más oscuros de la historia argentina.
Amores perros forma parte de la llamada “Trilogía de la Muerte” del director, junto a 21 Grams y Babel. Todas comparten una estructura narrativa no lineal y una profunda exploración de la condición humana a través del dolor, la pérdida y la conexión entre personas aparentemente ajenas.
El documental también ofrece una reivindicación para Yoko Ono, quien, a través del testimonio de su hijo Sean Ono Lennon —también productor del film— y del suyo propio, enfrenta las calumnias que la han perseguido por décadas.
Las vidas de estas tres mujeres están marcadas por restricciones religiosas, familiares y morales, pero cada una encuentra una forma, a veces silenciosa, de resistir. Lo cotidiano, lo íntimo y lo imaginado se entrelazan en una narrativa que se mueve entre la vigilia y el sueño.
La película propone una sátira mordaz de las élites, con escenas en las que las granadas se regalan como si fueran dulces, una metáfora que no resulta tan alejada de la realidad política actual.
En un contexto global marcado por conflictos políticos, guerras e injusticias, esta propuesta íntima ofrece un respiro y una invitación a mirar hacia adentro. Aunque algunos momentos puedan parecer predecibles, el resultado es conmovedor.
Situada en Recife, el filme explora con nostalgia y sátira esos años difíciles en los que el clima político era asfixiante y la corrupción permeaba los rincones más íntimos de la vida cotidiana.