Para restablecer la confianza y dar las señales adecuadas es fundamental que el Gobierno pague a las empresas distribuidoras de gas natural y GLP los montos que por sumas superiores a los 800.000 millones de pesos les adeuda desde marzo del año pasado, impactando toda la cadena de suministro.
Entre los aspectos más preocupantes del circo presidencial destacaría la confesión de la ministra de Justicia, creyendo que ya no se estaba transmitiendo la sesión, sobre el fracaso e imposibilidad de la llamada ‘paz total’ y la inseguridad reinante en todo el territorio. Qué bueno sería que lo dijera de cara al país.
Lo que se puso en juego en la madrugada del pasado domingo fue, en pocas palabras, la estabilidad económica y social del país. Pero nada de esto debió pasar por la mente del señor Petro, cuyo paradero y condición aún se desconocen y sobre las cuales han circulado preocupantes versiones que el país tiene derecho a que se aclaren.
Por cuenta de la ‘paz total’ y desde que Petro llegó al Gobierno el Eln ha tenido un crecimiento bestial.
Toda esta insensatez e improvisación le costará al país, tan solo en compensaciones, una cifra superior a los 1,5 billones de pesos. Este riesgo se le había advertido al Gobierno desde 2023 sin que hicieran nada para solucionarlo. Ahora tratan de apagar un incendio que ellos mismos se encargaron de atizar.
Las más de 250.000 tutelas presentadas por los usuarios en 2024, y sobre las cuales ha llamado la atención la Corte Constitucional, importan poco al Gobierno. Estamos frente a un claro y ostensible desacato. ¿Qué estará esperando la Corte para actuar ante semejante situación?
Cada día es más urgente conectar a internet a los colombianos carentes de ese servicio esencial para impulsar las condiciones de competitividad de un país.
Corresponde al país reconocer el trabajo serio y responsable de la Rama Legislativa y muy en particular de su presidente, el senador Efraín Cepeda, que supo pararse en la raya frente a los múltiples insultos y desafíos de los que fue objeto.
Vamos para tres años, tres flamantes congresos y nada les resuelven porque Petro ha sido muy claro en señalar que las carreteras son para los ricos y que los recursos deberían emplearse en otros frentes.
Esperemos que los parlamentarios sigan por esta misma ruta en el resto de la legislatura y hundan responsablemente las reformas de la salud, la laboral y, por supuesto, la mal llamada reforma política.