Por eso, el respeto a la Constitución política es acatar todos los valores. En ese sentido, lo único que debe rechazarse en Colombia y, que realmente es grave, son las posturas autoritarias que pretenden desconocer los pilares de la Constitución y salirse de ésta. La lucha en Colombia en el 2026 será entre las instituciones que forjó la Constitución de 1991 y sus detractores.
Esta tragedia que se vivió en el caribe debe unirse a los incendios masivos en el territorio nacional donde estamos como colombianos a la buena de Dios ya que el presidente Petro y sus funcionarios son buenos para echar discursos, pero de gerencia y gestión en el país no tienen idea alguna.
En esto se convirtió el gobierno del cambio. Un cambio donde le sacan la plata a la gente humilde del país, roban recursos públicos como se vio en la Unidad de Gestión de Riesgo y al final se compensa eso con los delirantes discursos de Petro sobre persecuciones imaginarias contra su efímero poder.
A pesar del esfuerzo de la bancada costeña, el alcalde Char y el gobernador Verano por resolver el aumento de las tarifas la situación no avanza. Según lo acordado en la última reunión en Barranquilla se van a renegociar los contratos entre generadores y comercializadores de energía. Esto puede tomar mucho tiempo y la gente está desesperada. Del mismo modo, el gobierno no ha podido resolver lo relativo a la “opción tarifaria”.
En el caso de la seguridad todo ha sido lamentable. Hoy el país se encuentra al vaivén de los criminales. La “paz total” ha llevado a que los delincuentes salgan de la cárcel o peor aún a que sean habilitados como gestores de paz. En la costa caribe, esa nueva dialéctica de que “ el crimen paga” ha engendrado una pluralidad de ideas alrededor de “ negociaciones socio-jurídicas” con esas bandas.