El sentido social de este colectivo es honrar la historia de las mujeres dulceras, especialmente las del corregimiento de Monguí, que han sido la inspiración de la cofundadora y actual coordinadora Fenolis Acosta Camargo, uno de los patrimonios culturales del pueblo: ¨La Danza del Dulce de Leche¨.
Por ellas, por las mujeres científicas de mi tierra alzo la voz para decir que la Ciencia debe hacerse y existir sin racismos, sin machismos, sin xenofobia, sin discriminaciones de ningún tipo. La ciencia va más allá del laboratorio y los estereotipos, la ortodoxia y los imaginarios, es universal y se hace en cada territorio y con cada mente creativa que no detiene su capacidad de asombro.
Son grandes quienes, en dos minutos de micrófono abierto, no les tiembla la voz para hacer resistencia creativa por los Derechos Humanos, grandes Shakira y todas. Nunca subestimen el poder de las Mujeres, nunca. Porque estamos despertando con categoría de letargos históricos y no vamos a detener nuestras apuestas.
Que vivan todas las transiciones capilares, reivindicadoras y todas las formas de ser leales a nuestros anhelos, que nada nos aleje de la esencia – Sentipensante – que somos.
Mi yo femenino y el de muchas mujeres en el mundo seguirá encendido hasta que vivir sin miedo y con los derechos garantizados se vuelva costumbre y se desnormalicen todas las formas de violencias basadas en género, el mundo necesita sanar-se del patriarcado y tejer realidades igualitarias y de genuino respeto por las diferencias.
Son muchas las mujeres que están liderando organizaciones sociales defensoras de derechos humanos, como es el caso del grupo “Las mujeres amigas del viento”. Entendiendo que el valor del viento desde la cosmovisión indígena se basa en una categoría – espiritual – que sustenta sus principios ancestrales, la naturaleza/ecosistema, sus usos y costumbres en general.
No somos perfectas y no podemos relacionarnos desde formas romantizadas que exigen eso, es momento de cambiar y relajar más nuestros sentimientos, esperar menos, apegarnos menos y amarnos más, dejar de colgar nuestras esperanzas en gente, situaciones y cosas que muchas veces tienen y viven un panorama peor que el nuestro.
Celebrar la vida, es enaltecer el alma, es encontrar el universo interno que tenemos, permitirnos ser felices, agradecer, sembrar y recoger; amar y amarnos, respetar y respetarnos hace parte de una activa y genuina celebración.
Este año decidimos retornar a nuestra tierra y logramos cumplir sueños que teníamos hace años en remojo, creamos iniciativas especiales a favor de la equidad, igualdad y justicia en nuestra tierra La Guajira.
La VII versión del encuentro confirma que se tiene la voluntad política y humana para solidificar procesos con perspectiva de género, su objetivo fue fortalecer vínculos entre las Magistradas Electorales, que permitan seguir generando condiciones para el análisis de resoluciones con perspectiva de género y acrecentar la igualdad de las mujeres en los procesos electorales.