Al adoptar la sostenibilidad desde una visión más holística surgen nuevas oportunidades para acelerar la transición tecnológica en la agricultura, adoptando un modelo más integral, que considere prácticas de agricultura digital, optimice el uso de recursos, permita reducir el desperdicio de alimentos, mejore el manejo de residuos e incremente la productividad.
En el mes en que celebramos el Día Mundial del Suelo, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre su importancia vital en nuestras vidas, la producción de alimentos, la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Debemos empezar a cambiar nuestra forma de tratar al suelo y comenzar a devolverle todo aquello que nos ha proporcionado durante cientos de años, para garantizar el futuro de las generaciones presentes y las venideras.
Las prácticas de agricultura regenerativa se deben adecuar y adaptar a las condiciones locales y del cultivo con el que se esté trabajando. Por ello es importante cambiar los sistemas de labranza y transformar las prácticas de producción de alimentos a unas que permitan mayor captura de carbono en el suelo, la incorporación de residuos de los cultivos en las siembras, aprovechamiento de los ciclos del agua, entre otras