La explotación animal es infame. Como infame era montarse en un coche supuestamente “romántico” de Cartagena y pasear por el Corralito de Piedra siendo arriado por caballos que podían morir tras colapsar en medio de uno de esos crueles recorridos a que eran expuestos solo para darle a la Heroica una atracción turística más.
La vida es cambiante, esa es su naturaleza. Mas no es el paso de un año a otro lo que hace el cambio. Seguimos siendo los mismos, al tiempoque vamos dejando de serlo.
Hoy, dándole una vuelta de hoja radical a la desgracia, tenemos la fortuna de poder seguir burlándonos de todo y de todos… Incluso, de nosotros mismos.
No hay que cuestionar a las madres y los padres potenciales porque hoy estén naciendo un 33,3 % menos de bebés en el país. Ni mucho menos, esperar que mágicamente todo vuelva a ser como en el tiempo de nuestros ancestros, cuando un matrimonio podía dar una ‘cosecha’ de cinco, seis o hasta más de diez hijos.