Mantener sano un país y, darle una respuesta a grandes comunidades que nos necesitan, no se arregla únicamente con discursos o recursos que, se han administrado sin resultados, por no tener cómo debe ser, la obligación de colocar en cada uno de los puntos fundamentales de la reforma, profesionales al lado de un equipo u organización, que hagan respetar los principios de la ciencia por encima de las decisiones tomadas sin ninguna consideración científica.
Tratar de conseguir una vida eterna ha sido desde la antigüedad ha sido para muchos un logro que no ha sido conseguido por nadie. En los casos de muerte súbita el ocaso es fugaz y la vida se va como un relámpago que llega.
En la actualidad, la medicina moderna tiene una necesidad imperiosa de contar con nuevos fármacos. Para conseguir que una nueva sustancia supere las etapas de investigación y desarrollo y llegue a comercializarse se tarda años y la inversión es enorme. El aumento de la resistencia a fármacos, en parte provocada por el uso indebido de medicamentos, ha vuelto ineficaces a varios antibióticos y otros que salvan vidas.
Así, como los conductores no respetan las normas de tránsito, el peatón desconoce e incumple las normas que podrían ayudarlo para su protección. Tampoco, los lugares para caminar cumplen totalmente con los requisitos para tener un desplazamiento seguro y placentero.
La vacuna es salvadora, la tenemos, el personal de salud debe ser entrenado y las comunidades educadas. Evitar un solo contagio de fiebre amarilla, puede salvar una vida ya que el tratamiento para eliminar el virus, no existe.
La gente responde al buen ejercicio de sus mandatarios, la transformación de Barranquilla y del Atlántico, es innegable y esto tiene que ver con el buen gobierno, pero las condiciones de vida de sus habitantes, deben mejorar y cambiar los altos índices de pobreza, carencia de vivienda, desempleo, educación y salud para todos.
Basta de discusiones, únicamente financieras, la salud es un derecho que debemos saber compartir entre todos. Dejemos participar a los principales actores para lograr un resultado inmediato y mejor, gobierno, trabajadores de la salud, empresa privada, justicia, educación y agricultura.
El legado de la educación a través de los grandes maestros, parece disminuirse con el advenimiento de la inteligencia artificial, que, sin desconocerla, no va a poder enseñar nunca las capacidades humanísticas, de un gran maestro, sin influir en el comportamiento profesional.
Los líderes, las instituciones y, en general, los organismos y otras personas, relacionados con la salud, tenemos que estar alertas a una situación tan impactante, teniendo en cuenta las pérdidas de vidas, secuelas y desmoronamiento social y financiero, nos han hecho pensar que de repetirse podría ser de acciones impredecibles y trágicas.
No veo cerca el momento, de lograr el tan deseado consenso, entre las partes, cuando no se nos ha dado la participación, ni a los pacientes ni a los trabajadores sanitarios quienes deben ser incluidos.