La gente responde al buen ejercicio de sus mandatarios, la transformación de Barranquilla y del Atlántico, es innegable y esto tiene que ver con el buen gobierno, pero las condiciones de vida de sus habitantes, deben mejorar y cambiar los altos índices de pobreza, carencia de vivienda, desempleo, educación y salud para todos.
Basta de discusiones, únicamente financieras, la salud es un derecho que debemos saber compartir entre todos. Dejemos participar a los principales actores para lograr un resultado inmediato y mejor, gobierno, trabajadores de la salud, empresa privada, justicia, educación y agricultura.
El legado de la educación a través de los grandes maestros, parece disminuirse con el advenimiento de la inteligencia artificial, que, sin desconocerla, no va a poder enseñar nunca las capacidades humanísticas, de un gran maestro, sin influir en el comportamiento profesional.
Los líderes, las instituciones y, en general, los organismos y otras personas, relacionados con la salud, tenemos que estar alertas a una situación tan impactante, teniendo en cuenta las pérdidas de vidas, secuelas y desmoronamiento social y financiero, nos han hecho pensar que de repetirse podría ser de acciones impredecibles y trágicas.
No veo cerca el momento, de lograr el tan deseado consenso, entre las partes, cuando no se nos ha dado la participación, ni a los pacientes ni a los trabajadores sanitarios quienes deben ser incluidos.
El vallenato salió del pueblo y se vistió de frac para llevarlo a la capital con el apoyo de célebres figuras como, Alfonso Lopez Michelsen, Pedro Castro Monsalvo y muchos más, impactando en los cuenteros como Gabriel García Márquez, periodistas y otros personajes que ayudaron a compartir su filosofía, y en general el encanto que despierta en sus diversas formas.
El aumento masivo de personas, la posibilidad de un contacto más cercano, la llegada de personas con otras enfermedades de otros lugares, y la desinhibición, con el consumo de alcohol, y otras drogas, lleva al olvido temporal del cumplimiento de costumbres, reglas y controles, que en otros momentos son tenidas en cuenta, pero, en fechas como el carnaval, desaparecen en un alto porcentaje.
Yo, por mi lado, mientras tanto, ante tanta incomprensión, doy gracias a Dios que, en medio del concepto pagano de los carnavales, me permita esperar y disfrutar, de la llegada de aquellos hacedores del Carnaval, en donde en este año, incluyó a Fruko, uno de esos conocidos de mis años 70, en Medellín, para preguntarle, si ese gran músico, intérprete y compositor que representa la Salsa colombiana, ya aprendió a bailar.
Sacar al Dengue de las enfermedades desatendidas es una primera acción, y lograr crear un programa de efectividad en su control es urgente en nuestro medio, debemos pasar de las alertas a las acciones.
Colombia es actual miembro de la OMS, debe tener un pronunciamiento al respecto con esta situación. La crisis apenas empieza, el prestigio de la OMS está en juego, con esta difícil situación que atraviesan, disminuyendo altos ingresos, con los recientes retiros de la OMS de países como USA.