Ojalá ahora que le regresen esos miles de millones de pesos a las Fuerzas Armadas, este Ministro de Defensa que sí ha dado muestras de actuar en Derecho, restablezca todo el armamento, aviones y demás necesidades archivadas hace tres años.
Colombia lleva un siglo de violencia y se confirma que este lamentable fenómeno humano tiene su génesis entre nosotros en la envidia y los odios, en el egoísmo y la corrupción mental y física.
Esto todo es una actividad, hoy día, muy profesional. Las estadísticas muestran que los visitantes lo observaron y lo están consumiendo. Tenemos mucho que mostrar y lo estamos despertando y posicionando. El listado es largo y aquí no cabe, pero todos lo conocemos.
En un primer concepto podemos afirmar como causa mayor a nuestro juicio es la suspensión del gobierno nacional de los subsidios para vivienda a la cual ya se habían afiliado cerca de dos millones de personas o familias. ¿Por qué se suspendió? Porque el gobierno se quedó sin dinero y sin caja no es factibles auxilios sociales a pesar de ser Ley de la República.
Tengamos presente que la ciudad se proyectó en un desarrollo permanente, es una capital que ya no se detiene, que avanza, que supera dificultades, que abre nuevos horizontes.
Pero en Colombia ahora se vive lo que se presentía: el hacinamiento en las cárceles y estaciones de Policía. No caben los presos y duermen los unos sobre otros. Lástima la renuncia de la ministra Buitrago de Justicia, muy buena, venía con toda la audacia requerida pero la sacaron porque en este gobierno todo el que lo hace bien es retirado por los ignorantes
Estamos deslumbrados, asombrados y felices viendo el reforzamiento de la religión Católica. Llega a estructurarla aún más un nuevo Pontífice moderno en su concepción de vida pero afinado en los Evangelios como ya lo demostró en su primera homilía.
Pero el silencio, la pasividad, la indiferencia de la mayoría de los Gobernadores del país es perturbadora y no tiene otra respuesta que les agrade seguir perteneciendo a la fila de víctimas del cada día más absorbente e injusto centralismo gubernamental, que no mira para el resto de Colombia sino cuando solamente piensa en salir de vacaciones a las playas o las bellas montañas que dividen nuestra geografía nacional en la costa caribe.
Hoy día estamos avergonzados de nuestro Presidente y orgullosos del Presidente del Congreso. Y aun cuando la gente no lo crea por la mala publicidad que recibe el poder legislativo tiene mucha gente estupenda, sana, honesta, altruista. Por unos pocos que ensucian su investidura, que los hay en todas partes, sufre la imagen nacional.
Tenemos la esperanza de que se regrese a los avances del pasado e inclusive que estos pasos adelantados en años anteriores introduzcan nuevamente por lo menos la sensación de que tenemos autoridad, que es el mínimo derecho natural de todo ciudadano planteado orgánicamente en la Constitución Nacional.