Rehacernos
Es urgente cultivar lo esencial: el silencio, la gratitud, el sentido, la conexión con nosotros mismos y con lo sagrado. Solo así podremos sostener lo que la vida nos entrega sin quebrarnos del todo.
Es urgente cultivar lo esencial: el silencio, la gratitud, el sentido, la conexión con nosotros mismos y con lo sagrado. Solo así podremos sostener lo que la vida nos entrega sin quebrarnos del todo.
Antes de decidir realizar esta práctica espiritual tuve muchas dudas, porque nos han convencido de que sin el celular no somos felices, no podemos trabajar, ni sostener relaciones sanas. Nos han hecho creer que quien no está en redes sociales, no existe. Me libero de esas presiones y de esos miedos para sentirme libre y responsable de mi propia vida.
La Cuaresma es un llamado a la liberación interior, pero soltar no es fácil. A veces duele, porque nos acostumbramos a lo que nos hace daño. Sin embargo, la libertad siempre implica asumir riesgos y consecuencias. No hay crecimiento sin desprendimiento.
La verdad es que el error es parte inevitable del proceso de vivir; nadie está exonerado de cometer uno. Cada equivocación nos da información, nos permite ajustar el rumbo y nos acerca a la mejor versión de nosotros mismos, porque somos seres en constante construcción y las podemos convertir en opciones de mejora.
Para educar en la esperanza es fundamental cambiar la narrativa con la que interpretamos la realidad. Si les enseñamos a los jóvenes que el mundo está lleno de riesgos, amenazas y fracasos inevitables, los estamos programando para el miedo y la resignación. En cambio, si les mostramos que cada dificultad trae consigo una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, estamos sembrando en ellos la capacidad de reinventarse y seguir adelante.
Siento que Dios me recuerda que no puedo romperme fácilmente, que debo ser valiente y actuar desde mi fe en Él. Esa palabra me hace sonreír y, por un instante, es como si estuviera aquí, a mi lado, dándome calor.
Es la confianza que nace de experimentar cómo Dios está a su favor. Esa certeza lo hace capaz de enfrentar la vida y seguir adelante, sabiendo que siempre encontrará caminos para crecer y acercarse a su propósito.
Todos tenemos nuestro 21-99. Y lo ideal sería que cada uno intentara encontrarlo para, sabiendo quién es, dar la batalla con alegría, firmeza y sabiduría. Es desde esa experiencia íntima, original, personal y genuina desde donde podemos ser sujetos de esperanza, exorcizando continuamente los demonios del pesimismo para sobreponernos a todo lo que la vida trae.
Me gustan los ritos existenciales porque en ellos encuentro comunidad. Son momentos en los que compartimos tiempo y espacio con quienes amamos, con quienes nos acompañan en el camino. Al celebrar, recordar o simplemente estar juntos, reafirmamos que no estamos solos.
Su autoridad, es el resultado de su conocimiento, experiencia y éxito. Entiende que un líder no puede negociar su autoridad; la ejerce con claridad y firmeza. Esto puede no ser entendido por todos, pero siempre es una manifestación de coherencia.