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Complicada situación atraviesa la empresa Air-e, ahora intervenida, porque al parecer no tiene energía contrataba y deberá recurrir al mercado en bolsa para comprar un 50 % del total que distribuye a los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira.

Expertos, consultados por EL HERALDO, coinciden que esta acción tendrá unas repercusiones bastante onerosas para los usuarios, por cuanto se tendrá un aumento en la tarifa del servicio y la rebaja anunciada por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios –por opción tarifaria– no se concretaría.

Lo anterior, sumado a las condiciones actuales que atraviesa el país de suministro de energía y gas, debido a las condiciones de cambio climático y, también, propias del mercado.

Para Amylkar Acosta, analista y exministro de Minas y Energía, los problemas financieros que ha venido afrontando Air-e son el causante de que la compañía tenga una mayor exposición en el mercado en bolsa y deba comprar en esta el 50 % de la energía que distribuye. Caso contrario que pasa con otras empresas dado que la exposición que tienen rodea solamente un 15 % aproximadamente.

“Eso, obviamente, tiene un impacto en el cargo de generación (G) de la fórmula tarifaria, dado que el cargo G representa el 30 % de la tarifa, el impacto al usuario final del precio en Bolsa, que se cotiza hoy 23 de septiembre $932.5, se obtiene de aplicar esta al 50 % del 30 %”, explicó.

Sostuvo que en contraste con el precio de la energía que se maneja en bolsa, está la que se transa actualmente en los contratos bilaterales de largo plazo entre distribuidoras y generadoras (a 2 - 4 o 5 años) que oscila alrededor de los $300 el KWH (Kilovatio/hora).

“El alza en las tarifas al usuario final, entonces, no es culpa de la bolsa sino de gestión de la empresa Air-e, no es el caso de Afinia y de otras empresas prestadoras del servicio (…) el tema se reduce a un problema de flujo de caja, que fue lo que llevó a Air-e a pedir la intervención. En consecuencia, le corresponde a la Superintendencia de Servicios públicos garantizarle la liquidez a través del Fondo empresarial”, dijo Acosta.

Y agregó que “en estos momentos, debido a la estrechez de la oferta de energía, aún con la plata en la mano no será fácil encontrar quien se la venda a través de la firma de contratos”.

Por su parte, Cesar Uparela, experto en temas energéticos y directivo de Acopi, señaló que esta situación tendrá unas grandes repercusiones al usuario final que no percibirá tal rebaja en el servicio anunciada con por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios debido al alto costo de la energía que se compraría en bolsa.

Señaló que los usuarios de los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira podrían seguir pagando entre 1.200 y 1.300 pesos por kilovatio hora, a pesar de la reducción que se había anunciado de 250 pesos de la opción tarifaria, que no compensaría el incremento que tendría el componente de generación en la fórmula del costo unitario del kilovatio hora que factura la empresa Air-e.

“Esto tiene unas repercusiones supremamente onerosas para nosotros los usuarios, en el sentido que mientras los contratos a largo plazo Air-e los tenía contratados entre 200 y 225 pesos el kilovatio hora, en este momento al comprar en bolsa, hoy por ejemplo está a 932 pesos, entonces nosotros estaríamos pagando en promedio un kilovatio hora por encima de 500 pesos”, explicó.

Uparela enfatizó que este precio que se cotiza en Bolsa tiene una tendencia al alza y aún más impactado por las condiciones actuales de cambio climático y las restricciones de gas natural vehicular en el país.

“Mientras no llueva especialmente en el interior del país, donde se encuentra el 100 % de las hidráulicas, los embalses no se van a llenar y si no llegan al 75 %, que es el porcentaje técnicamente adecuado para trabajar las máquinas con toda la seguridad técnica, entonces la generación de energía se va a hacer con gas y el gas tenemos el inconveniente del suministro y además que las reservas de gas cada día son menores”, anotó.

Sostuvo que producir energía con las térmicas, que funcionan con gas, terminará por encarecer el kilovatio hora debido a que este combustible es más costoso que las hidráulicas que solo requieren de agua –que el valor es cero– para generar energía.

“Si el Gobierno no tiene la voluntad política y no tiene el Ministerio de Hacienda los recursos necesarios para que la caja de Air-e sea robusta, pues yo veo nubarrones en el futuro de la prestación de este servicio”, apuntó Uparela, quien insistió que el Gobierno debería girar los recursos correspondiente a los subsidios de energía para medianamente superar la crisis.

Concertar contratos

De acuerdo con Norman Alarcón, coordinador de la Liga Nacional de Usuarios de Servicios Públicos en el Caribe, comprar el 50 % o más de la energía en bolsa traería consigo unos aumentos en las tarifas “demasiado onerosos”, porque –según dijo– en “este mercado diario de transacciones de la energía oscilan los precios con tendencia al alza y por lo general los usuarios son los perdedores”.

“Esto haría que, según el ingeniero Carlos Diago, agente especial interventor de Air-e, no se puedan rebajar las tarifas. Lo más importante es que la empresa tenga como fuente de compra de energía los contratos bilaterales con los generadores a largo plazo que le dan estabilidad al precio del kilovatio hora”, subrayó.

Manifestó que desde la Liga Nacional de Usuarios se propuso al Gobierno nacional que, con voluntad política, se puedan negociar a precios “modestos” contratos bilaterales con las empresas generadoras de carácter público con asiento en la Costa Caribe, como son la hidroeléctrica de Urrá y Gecelca.

“Además, instar a las termoeléctricas de la región como Tebsa (Soledad) y Termoflores (barrio Las Flores), que, aunque de carácter privado, accedan a contratos bilaterales a precios bajos, teniendo en cuenta también que el ítem de transmisión sería más económico, al estar los consumidores usuarios en la misma región”.