En el Colegio Industrial de Soledad se llevó a cabo el acto de clausura del proyecto Entrena-Mente Mayor, una iniciativa del programa institucional Atlántico Mayor, mediante la cual 500 personas mayores culminaron exitosamente su proceso de formación técnica y psicosocial.
El proyecto benefició a participantes de los 22 municipios del departamento del Atlántico, con edades entre los 60 y 94 años, quienes accedieron a formación técnica impartida por el Sena en áreas como cocina, bisutería, emprendimiento y otros saberes orientados a fortalecer la productividad y la autonomía en la edad adulta.
Durante la ceremonia, los graduandos recibieron simbólicamente birrete, toga y diploma, como reconocimiento al cumplimiento de los módulos que integran la estrategia, enfocados en salud mental, manejo emocional, fortalecimiento de la autoestima, relaciones sociales saludables, desarrollo cognitivo y funcionalidad, con el propósito de promover un envejecimiento activo y digno.
La gerente de Capital Social del Atlántico, Karina Llanos, destacó que este tipo de programas hacen parte de un proceso integral que busca mantener a las personas mayores activas dentro de la sociedad.
Explicó que la formación fue liderada por un equipo interdisciplinario conformado por psicólogos, enfermeras y profesionales sociales, en concordancia con los objetivos del Plan de Desarrollo Departamental y el fortalecimiento de los Centros de Vida como espacios de desarrollo real para esta población.
El programa también incluyó acciones dirigidas a los cuidadores de las personas mayores, quienes recibieron capacitación en manejo del estrés y autocuidado, reconociendo su rol fundamental en el bienestar integral de esta población.
Adicionalmente, el proyecto impulsó el Voluntariado Departamental, promoviendo la capacitación en liderazgo y participación social para dinamizar los Centros de Vida en todo el territorio atlanticense.
Por su parte, Lisseth Batista Hernández, profesional especializada de la Gerencia de Capital Social, resaltó que esta graduación representa el cumplimiento del sueño de 500 personas mayores comprometidas con un envejecimiento activo, saludable y productivo.
Indicó que muchos de los participantes recibieron dos y hasta tres certificaciones correspondientes a los distintos cursos realizados durante el año.
Entre los graduandos, Alfonso Emilio Wal Romero, de 75 años y residente en Sabanalarga, manifestó que la ceremonia le permitió revivir la experiencia de su grado de bachiller y reafirmar la importancia de mantenerse activo y acompañado en esta etapa de la vida.
De igual forma, Ivor Consuegra Franco, de 67 años y oriunda de Soledad, expresó su satisfacción al mostrar las piezas de bisutería elaboradas durante su proceso formativo, destacando que estos aprendizajes fortalecen su sentido de productividad y su aporte a la sociedad y a las futuras generaciones.



















