A las afueras de las salas en las que se adelantan los conversatorios más trascendentales en la ciudad hasta el momento, se encuentra un espacio llamativo que expande la tradición del Caribe colombiano a los visitantes.
El espacio de emprendimientos en el Foro de la Ocde son el rincón que resguarda la tradición y refleja las insaciables ganas del colombiano de querer salir adelante. Hay más de 10 estands en el magno encuentro, y cada uno, además de generar ingresos, expone hacia el mundo entero un pedazo de nuestros orígenes.
EL HERALDO realizó un recorrido por estos estands, y muchos aseguraron que han tenido buenas ventas durante el desarrollo de la Ocde.
Los coloridos cuadros de Abel
Luis Abel de Los Santos, barranquillero (tan barranquillero que nació un 7 de abril), se encarga de vender cuadros de distintos tamaños –y muy coloridos– basados en las cosas típicas de la ciudad, como la flor de Cayena, la Ventana del Mundo y las playas del Atlántico.
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“Mi obra está basada exactamente en lo característicos de nosotros los barranquilleros. Se aprecian las cosas que son típicas, que se utilizan en el Carnaval de Barranquilla o imágenes de nuestro Carnaval. Todo lo que tengo es caribeño y típico de nuestra región. Porque en estos eventos, la gente va buscando algo que caracteriza a la región, y aquí lo tenemos”, sentenció.

Minimalismo a la mesa
Justo al lado se encuentra Claudia Criales con su negocio ‘Saman y Koru’, dedicado a la creación de objetos decorativos tallados en madera. Un día, junto con su socia Ana Montaña, se retiraron del sector bancario y decidieron emprender.
Ahora, con su establecimiento se encargan de brindarles a los clientes distintas alternativas para potenciar el diseño de una mesa de la mano con artesanos.
“Manejamos diferentes tipos de madera: madera campano, cañaguate, teca, principalmente. Diseñamos las piezas de acuerdo a las necesidades de los clientes. La idea también partió de querer regresar a lo natural, porque en una época se usaban mucho la madera”, explicó.
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Saman y Koru vende floreros, velas con cera natural, platos, pudineras y demás piezas con un material minimalista y natural.
Del Prado para el mundo
Y muy diferente a este emprendimiento, se encuentra ‘Yo nací en el Prado’, con una propuesta artística urbana y nostálgica. El arquitecto Luis Fernando Llanos plasmó en camisetas, pañoletas, individuales, y retratos fragmentos de lo que significó su infancia viviendo en uno de los barrios más tradicionales de Barranquilla.
“El interés era no solamente hacer las casas, sino también darle todo ese valor de las vivencias de él en el barrio. Entonces, cada obra tiene plasmado en ella parte de su experiencia. Están las mariposas que siempre veía él de niño en el barrio. Están los pescados que estaban en su casa, que una de sus tareas infantiles era ayudar a limpiar la pecera y a alimentarlos”, relató la esposa y socia Emilia Guevara.
Precisamente, una de las características principales de su arte es el cielo azul. Esto se debe, según Emilia, a que de pequeño dedicaba largos ratos a mirar y admirar el cielo.
Por otro lado, la encargada aseveró que este proyecto ha encantado a los extranjeros.
“Ha sido también una experiencia muy bonita con los extranjeros que, a través de nosotros, pueden conocer aquí adentro lo que van a encontrar afuera. Creo que mañana tienen un recorrido por el barrio, entonces me parece muy chévere que se acerquen a mirar”, expresó.
Legado indígena
El legado indígena del Caribe colombiano también está presente, y latente, en este rincón de la tradición y emprendimiento.
Mochilas Kankuamas, administrado principalmente por Leonor Pacheco Martínez —quien es indígena Kankuama de la Sierra Nevada—, refleja el esfuerzo de su dueña por no dejar desparecer su legado.
“Por motivos de fuerza mayor, desde muy temprana edad salí de mi territorio, pero hemos seguido el legado acá en el Atlántico. La idea es que nuestra cultura no se pierda. Por eso estar aquí ha sido una gran oportunidad porque nos dan este espacio a nosotros los indígenas. Porque aparte de dar a conocer nuestro emprendimiento, es decirle a Colombia, a Barranquilla, al Atlántico, que estamos presentes”, comentó Leonor.
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El objetivo del tejido, relató Leonor, es demostrar el complemento del hombre y la mujer.
“(La base de la mochila) es el cuerpo de la mujer, y la gasa es la fuerza del hombre. Por eso, mujer y hombre somos complemento”, añadió.
Queda claro que, con estos estands, los extranjeros, además de llevarse la ciudad en sus memorias y corazones, podrán resguardar de Barranquilla una pieza física que llevarán a sus hogares.