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La marcha de los cangrejos ha comenzado en la región Caribe, y con ella, el riesgo creciente de siniestralidad de fauna silvestre. El pasado sábado 14 de junio, decenas de cangrejos fueron atropellados mientras cruzaban las vías del municipio de Bolívar, en horas de la noche.

En un video difundido en redes sociales, se observa la Vía al Mar —que conecta Barranquilla con Cartagena— cubierta de cangrejos en plena migración. Muchos intentaban cruzar, mientras otros yacían aplastados sobre el asfalto. Y para evitar seguir cobrando las vidas de los cangrejos, obstaculizaron la vía y empezaron a recogerlos.

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Este comportamiento podría también acontecer en el departamento del Atlántico, según Joe García, biólogo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA).

“Es una especie que se distribuye en toda la zona costera del departamento del Atlántico y Bolívar, podría entenderse que tenga un comportamiento similar en áreas que sí están dentro de la jurisdicción de la corporación”, anunció García.

Pese a que no registraron una gran mortandad de la especie, la CRA realizó un llamado a las concesionarias para que prevengan dichos accidentes.

Dentro de las medidas sugeridas por la entidad se encuentran: colocar barreras para direccionar a esta especie —u otras especies de fauna silvestre— hacia pasos seguros como box culverts (vías férreas o caminos que permiten el paso de agua o el cruce seguro de fauna silvestre sin interrumpir la vía) o puentes diseñados exclusivamente.

Por otro lado, indicó que es también clave implementar el sistema de señalización y cerrar las vías momentáneamente.

“Se podrían considerar cierres viales en horarios específicos durante los días en que se observe mayor presencia de estos especímenes. Además, es fundamental tener muy controladas y activas las barreras y pasos de fauna, para evitar que, por causa del tránsito o acciones antrópicas, se vean amenazados o en riesgo muchos individuos”, notificó el encargado.

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Asimismo, instó a que se emitan alertas preventivas a las comunidades que están alrededor, dejando que los animales puedan seguir su curso natural, sin interrupciones.

La marcha de los cangrejos

De acuerdo con el biólogo de la CRA, este comportamiento corresponde al inicio de su periodo reproductivo. Una etapa en la que los cangrejos migran del agua dulce a agua salada para aparearse en estos ecosistemas, y que empieza con la entrada del invierno, es decir, en junio, julio y agosto.

“Lo más probable es que dicha vía pudo haber separado un ecosistema marino de un ecosistema de agua dulce y agua salada, ya que hay ecosistemas de mangle de lado a lado”, explicó el especialista.

En el Atlántico, este fenómeno anual ocurre principalmente hacia el nuevo tramo de la Vía de la Prosperidad, en el punto que va desde la Vía 40 hacia Mallorquín. Allí, por la construcción de la vía, se colocaron unas divisiones de cemento.

Para mitigar el impacto generado por esa obra, la concesión Ruta Costera fue obligada a implementar un sistema que permitiera que los cangrejos —en esta época, al requerir pasar de una zona más seca a una más húmeda— no salieran a la carretera, sino que buscaran los ductos de los box culverts, diseñados para el desagüe de agua dulce y agua salada.

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“En los monitoreos que ha hecho Concesión Costera —porque es responsabilidad de ellos por el tramo que construyeron—, se ha observado que los animales, en este caso los cangrejos, han usado esos pasos en años y momentos anteriores”, resaltó.

La falta de estrategias

Néstor Escorcia, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, señaló que esta problemática se ensancha cada vez más debido a que los proyectos de pasos de faunas y rutas de migración de animales no están siendo incluidos adecuadamente en los estudios ambientales.

“Es necesario diseñar pasos de fauna e incluirlos en los contratos de construcción, porque de nada sirve realizar estudios sobre la migración de fauna local si luego no se proyectan ni se ejecutan estas medidas”, notificó el especialista, quien también se enfoca en temas ambientales por medio de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental.

Según Escorcia, el problema radica en el poco seguimiento que se le ha hecho a los compromisos establecidos en dichos estudios por parte de las autoridades ambientales.

En otro punto, también cuestionó que no se han estado registrando estadísticas de los casos de siniestralidad silvestre de forma adecuada:

“Sé que han existido algunos estudios aislados, pero la idea es que se consolide esa información y, a partir de allí, se determine cuáles son las especies más afectadas por atropellamientos. Solo así se podrá diseñar una política”, sentenció.