En el camino hacia la transición energética por el cual transita el país, son muchos los desafíos que viene enfrentando el sector energético. La estabilidad regulatoria, la inversión en proyectos y el equilibrio del trilema energético (seguridad en el suministro, sostenibilidad ambiental y accesibilidad económica) son aspectos que deben resolverse para asegurar un servicio confiable, eficiente y con tarifas justas para los colombianos.
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Expertos y líderes del sector han expuesto en distintos escenarios sus preocupaciones frente al futuro eléctrico del país. Tal como se pudo observar durante el reciente Congreso de Energía organizado por Acolgén.
A lo largo de las intervenciones uno de los temas de debate fue el papel del Gobierno nacional en la seguridad energética del país.
En ese sentido, es urgente, aseguraron los analistas, que se desarrollen nuevas inversiones. Y para ello la estabilidad normativa es clave.
Coinciden en que medidas como los ajustes al precio de escasez generan “señales contradictorias” que afectan negativamente la confianza de los agentes del mercado.
Ante esta señal, la cual es considerada por muchos de “intervencionista”, reclaman estabilidad regulatoria y transparencia en las normas del mercado.
Luis Fernando Londoño, vicepresidente Comercial de la empresa Isagen, señaló que el estrecho margen entre la oferta y demanda es una situación que solo se soluciona con nuevas centrales de generación.
“Un elemento fundamental para promover que más agentes ingresen al mercado y logren cerrar sus proyectos es la estabilidad en las normas”, afirmó.
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Para Londoño, la mayor dificultad con el cambio en el precio de escasez –que fijó un precio alto y uno bajo– es que se genera una señal que obliga a los generadores escoger entre dos productos.
“Con una misma central podemos prestar el servicio de confiabilidad y, a la vez, contratar energía. Pero con esta modificación, si nos mantenemos en confiabilidad, eso nos castiga los contratos. Esto nos pone a pensar si debemos salirnos del mercado de confiabilidad para estar en contratos o viceversa, y eso no es bueno para el país porque se reduciría la oferta en una de esas dos modalidades”, afirmó.
Reiteró que este tipo de normas se deben conversar de forma más técnica, sosegada y con participación de los agentes, para evaluar qué incentivos generan.
En este caso, explicó, son negativos, y eso puede poner en riesgo que las nuevas subastas de confiabilidad sean exitosas.
“Definitivamente, somos un agente muy interesado en nuevos proyectos, pero necesitamos estabilidad en las reglas de juego para poder seguir aportando energía al país”, mencionó Londoño en este espacio.
En cuanto a las reservas, el vicepresidente Comercial de Isagen sostuvo que históricamente el país contaba con un margen del orden del 10 % al 12 %, es decir, una oferta superior a la demanda que garantizaba una holgura operativa.
Actualmente, ese margen se ha reducido al punto de acercarse a cero, lo que implica que en el futuro cercano podría volverse negativo, aumentando el riesgo de desabastecimiento en algunas regiones.
Aunque el problema no es inmediato, Londoño considera que es el momento adecuado para tomar decisiones que garanticen la seguridad energética en el mediano y largo plazo.
Pago a los generadores
Una de las preocupaciones del sector, pese a que ya el Gobierno realizó un importante desembolso de las deudas acumuladas por subsidios a las comercializadoras, es la iliquidez en la que se encuentran algunas de estas empresas y que no puedan honrar sus compromisos con las empresas generadoras.
En ese sentido, Londoño sostuvo que los generadores deben prepararse financieramente con anticipación para el verano eléctrico, que ocurre entre diciembre y abril del siguiente año; para ello se necesitan recursos para comprar los insumos.
“Si no se garantiza esta preparación, el país podría enfrentar dificultades serias en el abastecimiento energético. En este periodo quienes generan con gas necesitan gas, necesitan plata para comprar gas y contratos, quienes generan con carbón lo propio y en general todos tienen que tener robustez para atender sus obligaciones”, explicó.
De allí el llamado al Ejecutivo para que garantice los pagos a los comercializadores y tomar medidas inmediatas para evitar el deterioro financiero del sistema.
Reglas claras
Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadoras de Energía Eléctrica (Acolgén), en medio de su discurso de apertura del 17° Congreso Anual de Energía, le advirtió al Gobierno nacional que sin reglas claras nadie va a querer invertir.
“El país necesita reglas de juego estables y una institucionalidad que genere confianza para que nuevos proyectos puedan desarrollarse”, indicó.
Los informes entregados por XM, operador del mercado, dan cuenta que Colombia está llegando en el corto plazo al límite de su margen de reserva eléctrica.
Una situación que compromete su capacidad de respuesta ante fenómenos climáticos extremos o crisis de abastecimiento.
Los cálculos hechos por los gremios del sector ponen de presente que, para garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico a mediano plazo se requieren entre 10 y 12 billones de pesos anuales, es decir cinco veces el nivel actual de inversión.
De acuerdo con las cifras de XM y la curva de demanda de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) la brecha entre la demanda y la oferta es muy estrecha pese a los buenos resultados arrojados en las últimas subastas de reconfiguración.
“Seguimos en déficit de energía firme”, reiteró la líder gremial, quien agregó que, “existe preocupación porque históricamente no toda la energía firme comprometida en las subastas ha entrado efectivamente al sistema. En este momento tenemos 3.500 MW de energía atrasados en el país, que debieron haber entrado en operación en los últimos cuatro años”.
El trilema eléctrico
En los últimos años en el mercado se viene hablando del trilema energético, un término formulado por el Consejo Mundial de la Energía (WEC), que tiene como objetivo lograr el equilibrio entre la seguridad energética, precios justos y la sostenibilidad ambiental. El gran desafío, según los expertos, es equilibrar estos tres pilares.
En el país, este trilema se ve reflejado en la dificultad de mantener una energía confiable, accesible y limpia al mismo tiempo.
Si bien la apuesta de la transición es diversificar, hay que buscar ese equilibrio entre las tecnologías que brindan energía firme y aquellas que son intermitentes.
Por eso, el concepto de seguridad energética es crucial dentro de cualquier plan de transición.
Así lo explicó el analista Javier Lastra: “El caso palpable es la intermitencia de la generación que vimos recientemente en España. Colombia no puede darse el lujo de que la falta de oferta, por el retraso de proyectos —sea por licenciamiento, consultas previas, problemas en la entrada de proyectos o porque no se hacen las convocatorias— se convierta en un riesgo”.
Mencionó, además, que “la demanda está creciendo vertiginosamente y seguimos con un desfase entre demanda y oferta. Eso sería como regresar al apagón de 1992 y es precisamente lo que debemos evitar a toda costa”.
Puso de presente, que las metas y compromisos internacionales, como los adquiridos en el Acuerdo de París, comprometen a Colombia ante el mundo a lograr la carbono neutralidad para 2050 y a reducir en un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
Sin embargo, dijo Lastra, en varias de las presentaciones del foro de Acolgén —y acogido incluso por las autoridades, como XM—, se reconoció que ya hay un retraso importante en lo que deberían ser las estrategias para controlar la emisión de gases de efecto invernadero.
Fue enfático en afirmar que independientemente de que se insista en la sostenibilidad y el cuidado ambiental, lo más importante es no perder de vista la seguridad energética, que debe ser el punto de partida.
Los riesgos de un racionamiento de energía y gas: menor crecimiento y pérdida de empleos
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, advirtió que el balance entre oferta y demanda muestra que, para 2026, Colombia podría enfrentar problemas de abastecimiento.
Señaló que es urgente aumentar la capacidad instalada, no solo de energía eléctrica, sino también de gas. De no hacerlo el país podría perder cerca de 260.000 empleos anuales y sumar a 250.000 personas más a condiciones de pobreza.
Precisó que estas afectaciones económicas y sociales serían muy graves. Sin embargo, señaló que el país todavía está a tiempo de tomar decisiones que permitan evitar estos escenarios adversos.

MinEnergía anuncia medidas para destrabar proyectos de energías renovables
El Ministerio de Minas y Energía anunció que adoptó un paquete de 19 medidas para destrabar proyectos de energías renovables en Colombia.
El anuncio lo hizo el viceministro de Energía (e), Jorge Andrés Cristancho, durante el 8vo Encuentro y Ferias Renovables LATAM, en Barranquilla.
Para llevar a cabo este este plan de gobierno, se creó una mesa de alto nivel, liderada por Minenergía, y conformada por Mininterior, Minambiente, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, la Creg, la Upme, la ANH, ISA y Ecopetrol para identificar los cuellos de botella que han causado la demora o parálisis de los proyectos.
Una de las medidas es la expedición de un decreto con la nueva metodología de asignación de puntos de conexión, que contiene un capítulo para casos especiales como la ronda eólica offshore y los proyectos que tienen todos los trámites y permisos, pero que requieren la conexión para iniciar.
En ese sentido, varios puntos de conexión están comprometidos en proyectos que podrían no seguir adelante. Sin embargo, si un proyecto se decide liberarlo, enfrenta la ejecución de garantías por incumplimiento.
Para ello trabajan en un mecanismo que permita a esos proyectos salir sin ser penalizados, para así liberar esos puntos de conexión y darles un mejor uso.
Otro punto es la revisión jurídica de una resolución que define los lineamientos para el otorgamiento de permisos de exploración y explotación del recurso geotérmico que se espera salga a comentarios la próxima semana.