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Una valla informativa amarilla en la reja principal y polisombras azules que ‘arropan’ la fachada del teatro Amira de la Rosa dan señales de los avances que se han materializado en la tercera fase de recuperación de este templo cultural ubicado en el barrio El Prado tras cerca de nueve años de su cierre.

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La noticia ha sido bien recibida por los miembros del ecosistema cultural de Barranquilla, que han reclamado –por años– que se dé celeridad a las intervenciones que permitan la reapertura de este centro cultural que rinde homenaje a la poetisa autora del himno de la capital del Atlántico.

“La ciudad está en mora de tener su teatro municipal. Esa es una muestra de ser una metrópolis. Estamos huérfanos de espacios culturales, por lo que esperamos que su reapertura sea en el menor tiempo posible, sin mayores dilaciones”, aseguró Fernando Castillejo, artista plástico y profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, mientras observaba la infraestructura del teatro.

Al frente de las obras en el Amira de la Rosa se encuentra la firma barranquillera Construtel, la cual fue contratada tras un arduo proceso de evaluación a diversas compañías con amplia trayectoria a nivel nacional. A su turno, la interventoría se encuentra liderada por la empresa Sopórtica S.A.S. BIC.

Diego Restrepo, gerente del Banco de la República en Barranquilla, explicó a EL HERALDO que la instalación de las polisombras se adelantó con el objetivo de cuidar que no caigan elementos que pongan en riesgo la integridad de los transeúntes.

“Estamos en la última fase de la obra de recuperación. En los próximos días, la firma Construtel debe adelantar la instalación de unos contenedores que les servirán como oficinas. Los contratistas ya están revisando diferentes espacios para empezar, en firme, las intervenciones”, sostuvo.

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Restrepo explicó que se ha planteado adelantar un cerramiento adicional para generar mayor tranquilidad a la ciudadanía: “El proceso va muy bien. Seguimos cumpliendo con los tiempos contemplados en el cronograma y esperamos que podamos entregar las obras, a más tardar, en el segundo trimestre del año 2028″.

Algunos detalles

La tercera fase de intervención cuenta con una alta complejidad estructural, técnica y arquitectónica, de acuerdo con las directivas del Banco de la República. En distintas oportunidades han recalcado que, por tal motivo, el plazo para su ejecución es de cerca de 3 años.

Desde la entidad se decantó por el esquema de administración delegada para el desarrollo de este proceso, lo que conllevó a la contratación de un administrador general que se encargará de adelantar los trámites contractuales necesarios para la terminación del proyecto.

Asimismo, el Departamento de Diseño y Planeación de Proyectos del Banco de la República informó, previamente, que se ha diseñado una estrategia que permita optimizar los tiempos y estrategias para el desarrollo de las obras, lo cual también contempla una serie de horarios de trabajo y la participación de diferentes contratistas.

Otro punto relevante ha sido que este proceso se ha cumplido con respeto a los ámbitos patrimoniales y arquitectónicos del teatro: “Ha sido un ingrediente fundamental en la conciencia de saber que estamos en la recuperación de un bien patrimonial en todas sus divisiones”.

Es de anotar que este proceso de recuperación del teatro Amira de la Rosa ha contado con el respaldo de entidades como el Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Barranquilla, así como una veeduría activa de gestores culturales de la ciudad.

La historia del teatro Amira de la Rosa

La construcción del Teatro Amira de la Rosa se inició en 1963 y estuvo a cargo de la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla hasta 1980.

El Banco de la República recibió este centro cultural a título de comodato o préstamo, luego de varios años de permanecer a la intemperie, lo cual generó afectaciones que se manifestaron con posterioridad a la celebración de dicho contrato. Es de anotar que el 31 de agosto de 2006, mediante la Resolución N° 1277, el Ministerio de Cultura declaró al Amira de la Rosa como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional.

En 2015, el Banco de la República contrató la realización de un estudio técnico integral del teatro debido a la identificación de fisuras y desprendimiento de materiales al interior y exterior del inmueble. El estudio técnico reveló que partes del inmueble estarían llegando al límite de su vida útil y no contaba con un diseño sismorresistente acorde a las exigencias actuales. Además, se identificó la carbonatación y corrosión de algunos elementos estructurales que incrementaban su vulnerabilidad. Por tal razón, en junio de 2016, el Banco de la República adoptó la medida de cierre del teatro.