El anuncio del ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, de la realización de una nueva subasta de expansión fue bien recibido por el sector energético, que en reiteradas ocasiones ha advertido el déficit de energía firme para los próximos años.
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La convocatoria para ampliar la capacidad de energía con la entrada de nuevos proyectos energéticos en el país para el periodo 2029-2030 la hizo la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) con la publicación para comentarios del proyecto de Resolución 701 085.
El ministro Palma sostuvo que esta iniciativa tiene como objetivo garantizar los faltantes de energía que se proyectan, que de acuerdo con la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), habrá en los próximos años.
“Esperamos recibir la mayor cantidad de energía, ojalá limpia, renovable, como ocurrió en la pasada subasta”, indicó minminas.
En este punto, aunque el pedido del ministro es que entre más energía renovable al sistema, los gremios del sector energético han sido críticos de que solo se tengan en cuenta estas tecnologías, dejando por fuera las térmicas, que de acuerdo con los expertos son las que realmente ofrecen la energía firme que respalda a las intermitentes como las solares y eólicas.
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En ese sentido, Palma aseguró que están aprendiendo de las lecciones pasadas, y para ello están haciendo las revisiones pertinentes para que en esta subasta puedan participar en igual de condiciones todas las tecnologías. “Sin duda alguna tiene que haber compatibilidad entre la invitación a una subasta y la reglamentación para que sea atractiva para los actores”.
La subasta de expansión por confiabilidad tiene como finalidad asignar obligaciones de energía firme a las plantas ya existentes y a los nuevos proyectos de generación de energía para que en condiciones críticas por fenómenos naturales como El Niño, en el que bajan de manera considerable los embalses de las centrales hidráulicas, el país disponga del suministro.
De acuerdo con los expertos energéticos, este mecanismo le ha permitido al país el ingreso de energía firme al Sistema Interconectado Nacional (SIN), especialmente de grandes proyectos hidroeléctricos y térmicos.
Retraso de los proyectos
Aunque las subastas son un mecanismo efectivo para asegurar la demanda a futuro de energía, a la fecha, muchos proyectos energéticos están presentando demoras en trámites ambientales y conflictos sociales. Este retraso ha impedido que cerca del 60 % de la capacidad adjudicada en subastas anteriores se materialicen, comprometiendo la seguridad energética del país, aseguran los líderes del sector.
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Una de las grandes preocupaciones es que el desfase entre la oferta y demanda es cada vez mayor: mientras la demanda crece aceleradamente, la entrada de energía que se espera ha sido mínima.
De acuerdo con XM –operador del mercado de energía– en el 2024 la demanda de energía fue de 82,084.9 gigavatios, presentando un aumento de 2,3 % en comparación con el consumo nacional de 2023, cuando la demanda fue de 79,982.1 gigavatios.
Para esta nueva subasta de expansión por confiabilidad, esperada por los inversionistas, se confía que todas las tecnologías participen e ingresen más gigas de energía.
La subasta de febrero de 2024 solo adjudicó cerca de 15 gigavatios hora día (GWHD) frente a una necesidad de más de 40 gigas al día.
Para el presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Alejandro Castañeda, la subasta es necesaria por el déficit entre el 5 % y 7 % de energía firme que se puede presentar a partir del 2028. Además señaló que para que sea exitosa es necesario que se le hagan ajustes para que sea efectiva.
“La subasta pasada no fue exitosa porque la mayoría de la energía adjudicada fue para los proyectos fotovoltaicos, que en energía firme no suma lo suficiente”, indicó.
El ex ministro de Minas y Energía Amylkar Acosta celebró el anuncio de una nueva convocatoria: “Ya era hora, más vale tarde que nunca”, expresó.
Sin embargo, para el experto en temas energéticos esta subasta puede fracasar si no se revisan y rectifican algunas de las resoluciones expedidas recientemente por la Creg.
En ese sentido se refirió a la del doble precio de escasez y otra en la que se limita la exposición en bolsa al 5 %. “Esto está dando señales equívocas a los inversionistas”.
Advierte que si el nuevo ministro de Minas y Energía no le baja el tono a las “diatribas del Gobierno en contra de las generadoras de energía, descalificándolas y acusándolas de ser beneficiarias de la especulación”, no se podrá recuperar la confianza de los inversionistas privados, que son quienes le apuestan a la ejecución de los proyectos de expansión tanto de la capacidad de generación como de transmisión que tanto requiere el país, afirmó Acosta.
Estas son las fases de una subasta energética en el país
La última subasta que se realizó en el país fue en febrero de 2024–la cuarta de las seis que se han hecho a la fecha–, cuando se entregaron obligaciones de energía firme (OEF). Para hacer una subasta se requiere una serie de pasos: el primero es la publicación de una resolución por parte de la Creg en la que se establecen los criterios y la cantidad de energía a subastar y los plazos de entrega.
En este punto, las empresas generadoras interesadas en participar presentan los proyectos y la Creg debe evaluar el cumplimiento de los requisitos, la viabilidad técnica, legal y financiera de cada propuesta.
Un segundo paso es el análisis de las ofertas económicas y la evaluación de la generación y confiabilidad de suministro. Aquí se priorizan los proyectos con costos competitivos. Luego de las evaluaciones, la Creg asigna los contratos con base en los precios ofertados y necesidades del sistema.
Por último se establece que los proyectos adjudicados cumplan con los cronogramas de construcción y entrada en operación, la UPME y la Creg supervisarán los avances. Una vez en funcionamiento, se monitorea el cumplimiento de los compromisos.
Conozca el ABC del mecanismo de las subastas energéticas
