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La pila de órdenes de medicamentos vencidas, la falta de fármacos para controlar su asma y el dolor incesante en sus rodillas fueron los detonantes para que la ciudadana Rubys Hera “explotara de frustración” frente al personal de Cafam. Le habían dicho, como todas aquellas veces, que no había medicinas.

Orlando AmadorRubys Hera, afiliada Famisanar

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Para esta ocasión, lo único que podían ofrecerle era acetaminofén y naproxeno para el escalofrío que ha sentido en sus huesos durante las últimas semanas, así como para el dolor de cabeza punzante y la fiebre. La mujer, que es usuaria de la EPS Famisanar, recordó que ha estado internada en múltiples ocasiones y que hace poco la operaron de un hematoma. Y, por si fuera poco, empezó a defecar sangre.

Su indignación y desahogo desbloqueó este mismo estado en los otros pacientes presentes, quienes también presentaban la misma situación: sin medicamentos que curaran su enfermedad.

Orlando AmadorMercedes López, afiliada Famisanar

De esta forma, la barranquillera Mercedes López, también afiliada a Famisanar, salió de sus instalaciones envuelta en un mar de furia al saber que, otra vez, tendría que sacar de su bolsillo para adquirir la insulina de su esposo y los fármacos para su hipertensión. Y plata, ¿de dónde?

López lleva dos meses comprando las pastillas. Le dicen que los medicamentos no llegan, que los están esperando. En ocasiones, por la espera, se le vence la orden y no le hacen la entrega. Derrotada, confiesa que ya no sabe qué hacer.

María Narváez tiene a su madre en cama con cirrosis e “invadida” de líquidos. Los paños no llegan por parte de la EPS Salud Total y les toca comprar unos piratas por $80.000. Su hermana, afiliada a la misma entidad, tiene un tumor en la cabeza que le ha deteriorado la vista y tampoco le han entregado sus lentes formulados.

Orlando AmadorMaría Narváez. afiliada Sanitas

La situación para los usuarios de Sanitas no es distinta. El afiliado Luis Padilla alertó que hay demora en el agendamiento de citas. Su hijo tiene neumonía y el médico especialista solo podrá atenderlo hasta después de un mes. Y Luisa Otero, también afiliada a Sanitas, manifestó que hace días, cuando iba a reclamar el inhalador para su hija, quien tiene una tos persistente, le dijeron que no había.

Visión en el país

De acuerdo con el vocero de Pacientes Colombia, Denis Silva, el panorama de los medicamentos en el país enfrenta tres problemas serios. El primero corresponde al “represamiento” de registros sanitarios por parte del Invima.

Silva expuso que dicha entidad tiene cerca de 23.000 registros pendientes por trámite.

El segundo punto sería a nivel global, ya que no encuentran la materia prima para algunas moléculas. Y, finalmente, la falta de recursos.

“Como la UPC está desfinanciada y el Gobierno no ha pagado los ajustes del 2022 ni la porción normal de octubre, noviembre y diciembre, pues las EPS dicen que no tienen plata para atender eso. Y cuando usted analiza el número de PQRS, la barrera número uno es el suministro de los medicamentos”, explicó.

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Fue enfático al sostener que el sistema se encuentra frente a una crisis financiera sin precedentes, a pesar de que “el Gobierno sigue diciendo que la plata alcanza”.

“Todas las EPS que el Estado está administrando tienen problemas financieros. Si la plata alcanzara, pues se tendría que garantizar a todos la atención y la prestación de los servicios”, recalcó.

Un posible desfinanciamiento

Agamenón Quintero, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, argumentó que Colombia padece una “crisis grande” en el sector salud debido a las intervenciones del Estado y el no pago a las EPS y al personal de talento humano. En síntesis, para el experto se trata de un desfinanciamiento.

“Si las EPS no tienen el dinero para comprar medicamentos, no podrán dar el cumplimiento que debe darse según el tratamiento (...) No hay dinero para pagar, se le debe mucho a las EPS y los hospitales están ahorcados, porque si bien dan servicio, habrá algunas patologías de alto costo que se van a demorar o no se hacen”, sentenció.

ArchivoEPS

A propósito, la médica y también presidenta del Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá, Clemencia Mayorga, consideró que esta crisis afecta no solo a los pacientes, sino también a los trabajadores y profesionales de la salud.

La experta indicó que, en cuanto a pacientes, se registra un aumento del 42 % de las tutelas del año, entre enero y octubre del 2024, con respecto al mismo periodo del 2023, (cifras de Así vamos en salud). La mayoría por falta de acceso a medicamentos, procedimientos para citas con especialistas y otras atenciones.

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Por otro lado, la segunda consecuencia de esa crisis reposa en los trabajadores y profesionales de la salud: “Tenemos, según el registro especial de prestadores de servicios de salud, el cierre de más de 960 servicios de salud en el último año. Esto significa menos acceso, menos atención, despido de personal e inestabilidad laboral”.

De hecho un informe de exministros y ex viceministros de salud, conocido la semana pasada, denuncia que más de 1.200 IPS cerraron este año por la falta de recursos financieros, lo que resultó en el cierre definitivo de más de 3.000 servicios médicos y la clausura temporal de otros 8.000.

La carga “insostenible” en el plano financiero se debe, según Herman Bayona, vicepresidente de la Federación Médica Colombiana, a que “el sistema de salud en Colombia está pensando para atender a las personas que se enferman y no para prevenir la enfermedad”.

Y es que para Bayona no hay forma de mantener exclusivamente un sistema de salud que solo atiende la enfermedad. Otra causa, de acuerdo con el también cirujano, se debe al manejo que las entidades privadas han implementado a las EPS:

“(Los privados) obviamente lo ven como un negocio, es su fin principal. Es normal que una empresa privada quiera obtener ganancias, pues cada una de esas ganancias que ellos ven al reducir la atención de las personas o no invirtiendo en la promoción y prevención, va desfinanciando el sistema de salud”, argumentó el especialista.

A la espera de la reforma

Aunque la esperanza del Gobierno para atender este panorama está puesta en la reforma, las sociedades científicas han sido enfáticas en que este proceso no responde a las causas estructurales y se ha construido sin la participación activa de todos los sectores.

Acuerdos Fundamentales, un colectivo compuesto por 22 organizaciones médicas y profesionales de la salud, acompaña desde hace dos años el estudio de la reforma a la salud. Desde su perspectiva, esta propuesta tiene sus fortalezas y debilidades.

“Hay unos puntos en los que estamos de acuerdo con lo planteado por el Gobierno nacional. Por ejemplo, el fortalecimiento de la atención primaria en salud. Por ejemplo, el subsidio a la oferta y el fortalecimiento financiero para la red pública hospitalaria; la necesidad de contar con mejores condiciones laborales para el sector salud, y el giro directo de recursos desde Adres a los prestadores de servicios de salud”, comentó Mayorga.

Dentro de los puntos que generan desacuerdo se encuentran el reemplazo de la afiliación por adscripción a los CAP (Centros de Atención Prioritaria en Salud). Según Mayorga, esto limita el derecho constitucional a la libre elección y fragmenta la atención. Otro punto señalado por la máxima vocera es que consideran que la reforma no cuenta con los recursos necesarios para poder llevarse a cabo.

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Cabe añadir que en el segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes sólo se aprobó 23 de los 62 artículos que tiene la iniciativa. Dicha reforma a la salud 2.0 del Gobierno del presidente Gustavo Petro fue aplazada para mediados de febrero de 2025.

¿Por qué es importante la UPC?

La Unidad de Pago por Capitación (UPC) corresponde al valor que el Estado asigna por cada afiliado del sistema de salud para su atención.

Luis Gonzalo Morales, médico con maestrías en Salud Pública y Ciencia Política, explicó que la UPC se ajusta por sexo y región del país, siendo mayor en las mujeres en edad fértil, en los menores de un año y en los mayores de 60.

Expertos también sostienen que es el indicador “más crítico” debido a que representa el ingreso operativo de las EPS para pagar las atenciones médicas de los afiliados.