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En brazos. Las vidas del niño Cristian Cárdenas y de los adultos Deivis y Fabian García las sostuvieron, por años, un par de brazos. Extremidades que, luego de décadas, están desgastadas y hoy día concentran un dolor abrumador que en ocasiones migra hacia la columna, las rodillas y el alma.

Este estado físico le pertenece a las barranquilleras María del Carmen Velilla, abuela de Cristian, y a Mildreth Batista, madre de los hermanos García. Ambas mujeres han estado en primera línea, enfrentando la situación de discapacidad que presentan sus hijos.

Atravesar cualquier tipo de limitaciones físicas o cognitivas afecta no solo a quien lo padece, sino también a su entorno. Hay quienes nacen con estas, pero hay otros a los que la vida les cambia por completo, lo que impacta, de un tiro fijo, a su salud mental y a sus allegados.

Actualmente, en Barranquilla hay más de 60.000 personas en condición de discapacidad, cada una con un estilo de vida que hace, o no, más llevadero el hecho de vivir con limitaciones.

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Cristian Cárdenas, un niño de trece años, tiene parálisis cerebral, una condición que afecta su habla y su desplazamiento.

Cristian nació con esta condición y desde que cumplió un año de vida ha vivido con su abuela, pues su mamá murió ahogada en Sabanalarga y su padre no responde por él.

“Es bastante difícil. Sin la ayuda de la mamá ha sido pesado. Todo esto es duro para mí. Pero gracias a Dios he salido adelante. Y aquí estoy dando la batalla”, comentó María.

Cárdenas y su abuela viven en el barrio La Pradera, ubicado en el suroccidente de Barranquilla. María apenas y puede trabajar, pues está dedicada a atender a su nieto.

Antes, cuidarlo suponía un reto porque le tocaba cargarlo para todas partes, lo que le generaba dolores en distintas zonas del cuerpo. Incluso, esa fue la razón por la que lo sacó del colegio, pues llevarlo y traerlo era un esfuerzo físico que empeoraba su diabetes.

Y aún sigue siendo un reto, pero al menos la mujer pudo ser parte del programa distrital Inclúyete+. Una vez inscrito, esta iniciativa llevó a su hogar lo que tanto necesitaba, pero que no podía costear, una silla de ruedas neurológica para Cristian.

“Ya con la silla es un poquito relajante, ya me puedo mover más. Lo dejo en la silla de ruedas y es más confiable. Porque anteriormente estaba en una silla de plástico y se me caía mucho. Pero ahora ya puedo hacer las labores de la casa. Ha sido bastante útil”, agregó la mujer.

En distintas ocasiones, esta situación ha resultado insoslayable para María, pero la mantiene a flote su esposo, sus familiares, el amor hacia su nieto y que hace unos días, luego de más de 10 años de terapia, Cristian logró gatear.

En unas calles más alejadas, justo al lado de La Pradera, está la familia García Batista en los Olivos II con su emprendimiento de minutos. Mildreth Batista es otra guerrera, otra mujer que regaló su vida al cuidado de sus hijos y, en el camino, perdió la posibilidad de vivir.

Deivis García tenía 17 años cuando una bala perdida le impactó en el lado lateral de su espalda, atravesando su vértebra T7. La tragedia le quitó la movilidad en sus piernas, lo que le impidió seguir jugando fútbol y le hizo abandonar el colegio cuando cursaba octavo grado. Un accidente súbito, sin aviso.

Esto lo dejó en la misma situación que su hermano, Fabián, de 28 años, a quien durante el parto no le llegó suficiente oxígeno al cerebro, dejándolo sin habla, movimiento de las manos y piernas.

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Ambos hermanos han sido atendidos por su mamá, a quien le ha tocado cargarlos desde entonces, pues no tenían sillas de ruedas eficientes que facilitaran su trabajo.

Antes de ingresar al programa de la Alcaldía, Fabián estaba postrado en una mecedora de bejuco, razón por la cual se caía constantemente y hoy lleva su cabeza con raspaduras.

“A mí me ha tocado sola, no tengo ayuda de nadie. Hay veces que me acuesto cansada, pero tengo que salir adelante porque son mis hijos. Yo le busco un tiempo a cada uno. A uno le dedico tiempo para bañarlo, a otro para darle la comida. Yo como de último, porque primero ellos. Hay veces que ya no aguanto más, pero Dios me da las fuerzas”, expresó Mildreth, entre lágrimas.

Y agregó: “Este programa me enseña cosas diferentes para poder conseguir un espacio para mí, porque no me queda tiempo de nada”.

Inclúyete Más

Inclúyete + está liderado por el alcalde Alejandro Char, la gerente de Ciudad, Ana María Aljure, y otras dependencias de la administración distrital. Se enfoca en brindar un apoyo no solo a la persona con discapacidad, sino también a su cuidador.

“Se trata de una estrategia que tiene la finalidad de que las personas que se encuentran en situación de discapacidad y su cuidador puedan tener garantías y todo lo que requieran para potenciar sus capacidades”, explicó a EL HERALDO la gerente de Ciudad y directora del proyecto, Ana María Aljure.

Este sistema de cuidado híbrido tiene tres objetivos principales: lograr la independencia y la autonomía en las personas con discapacidad; transformar los imaginarios y las narrativas que los ciudadanos tienen acerca de esta población, y fomentar el empleo y emprendimiento en ellos y en sus familias.

“En cuanto al primer pilar, dignidad y reconocimiento, si yo me encuentro con un niño de 13 años con discapacidad física y cognitiva, y a la abuela le toca cargarlo. ¿Qué dignidad tiene? Entonces le dimos una silla apropiada para ello”, comentó Bibiana Rincón, coordinadora del programa.

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La estrategia tiene muchos frentes. Además de otorgarle una ayuda técnica, como brindar una silla de ruedas para facilitarle la vida a la persona, también cuenta con un espacio formativo. “Si queremos que trabajen hay que formarlos. Ya nosotros tenemos un acuerdo con el Sena y vamos a iniciar cursos de emprendimiento con la Cámara de Comercio”, anunció Rincón.

Johnny Olivares Cristian Cárdenas, niño de 13 años, junto a su abuela María del Carmen Velilla en el barrio La Pradera.

Asimismo, explicó acerca de sus recorridos educativos, “el objetivo es transformar los imaginarios. Por lo general hay mucha lástima y hay quienes solo quieren los subsidios, pero estos no son sostenibles en el tiempo”.

Aljure aseguró que la Alcaldía destinó inicialmente 35 mil millones de pesos para desarrollar el programa para beneficio de las 60.000 mil personas con discapacidad, estudiando y evidenciando su lugar de residencia, su estilo de vida y conociendo a sus cuidadores, quienes en su gran mayoría son mujeres.

“El equipo ya lleva más de 35.000 visitas y hemos podido evidenciar que el 86 % son cuidadoras que se encargan de ellos. Son mujeres que han abandonado su propósito de vida y se han quedado simplemente cuidando a esa persona”, agregó Aljure.

Dayán Hoyos, asesora de la estrategia, contó que por el momento están trabajando con personas que viven en el suroccidente. “Empezamos a abordar el proyecto desde aquí porque en cifras esta es la localidad que tiene mayor personas en condición de discapacidad”, aclaró.

Por ende, parte del proceso de inscripción está focalizado inicialmente en este sector; sin embargo, esperan que una vez construyan los centros las personas puedan realizar su inscripción desde ellos, en los que serán valorados para adquirir su ayuda técnica.

Centro Llégate

Con el fin de ofrecerle un apoyo a las cuidadoras, van a dotar Barranquilla de cinco centros llamados Llégate, los cuales van a estar ubicados en diferentes puntos. En ellos se les va a prestar un servicio de terapia, un equipo interdisciplinario para la persona con discapacidad y formar a la cuidadora para que aprenda a emprender y mejorar su calidad de vida.

La administración distrital empezó con el Llégate móvil, y atendieron en casa a más de 1.500 personas con discapacidad y 1.055 cuidadores. En esta misma línea, contaron con más de 1.000 acompañamientos del equipo multidisciplinario en educación, fisioterapia, psicología y fonoaudiología y visitaron a 1.126 personas con diagnósticos que evidenciaron sus necesidades.

¿Cuántos tipos de discapacidad existen?

De acuerdo con la resolución 1239 de 2022, expedida por el Ministerio de Salud, existen 7 tipos de discapacidad:

Auditiva, aquí se incluyen a las personas sordas y a las personas con hipoacusia; física, aquellos que presentan dificultades funcionales para el movimiento corporal; intelectual, aquellos con complicaciones en razonamiento, planificación, aprendizaje académico; visual, personas ciegas y con baja visión; sordoceguera, deficiencia visual y auditiva; psicosocial, incluye personas con alteraciones en el pensamiento, percepciones, emociones, sentimientos, comportamientos y relaciones, y múltiple, en donde hay una presencia de más de dos deficiencias asociadas.