En Atlántico, Bolívar y Sucre existe preocupación debido a la falta de avances en el proceso de licenciamiento ambiental para el desarrollo de las obras contempladas en la APP del Canal del Dique.
Esta alerta tiene relación con que se acerca el final del periodo de preconstrucción, que fue contemplado en 18 meses tras la firma del acta de inicio. Es decir, dicha fase se debería extender hasta diciembre de 2024.
Héctor Carbonell, presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) seccional Norte, aseguró que es necesario que se brinden las garantías a los inversionistas para el desarrollo de los procesos. En ese sentido, indicó que se debe avanzar en los temas ambientales para permitir que se inicie la etapa de construcción de acuerdo con lo planteado en el cronograma.
“La APP del Dique es un proyecto netamente ambiental, con componente de transporte, pero netamente ambiental que necesita el impulso del Gobierno nacional”, sostuvo el líder gremial a EL HERALDO.
Por su parte, Efraín Cepeda, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, indicó que la solicitud de licencia ambiental obligaría a iniciar la etapa de construcción en 2027 y no en enero de 2025, como estaba planteado, “lo que pone en grave riesgo a las comunidades que dependen de la rápida implementación de estas medidas para evitar inundaciones”.
El líder gremial enfatizó que exigir una licencia ambiental para un proyecto que, en esencia, busca generar impactos positivos y prevenir desbordamientos a lo largo del Canal del Dique, resulta contradictorio”.
También agregó que “este es un tema urgente que requiere acción coordinada y eficiente para garantizar la seguridad y el bienestar de la región”.
Recalcó que el proyecto del Canal del Dique es esencial para mitigar inundaciones en los departamentos de Atlántico, Bolívar y Sucre, así como para reducir significativamente la descarga de sedimentos sobre la Bahía de Cartagena y el Parque Natural Islas del Rosario.
“Estos son objetivos fundamentales para preservar el medio ambiente, mejorar la calidad de vida de las comunidades locales”, recalcó el líder gremial.
Mientras que Juan Camilo Oliveros, director del Consejo Gremial de Bolívar, expuso que el concesionario adelanta el mantenimiento del Canal, obras complementarias y que tiene la disposición de cumplir con los requerimientos ambientales que le sean exigidos.
“Sin embargo, a la región le urge que las obras principales se inicien lo antes posible. Para ello, se requiere que el Gobierno nacional se pronuncie lo antes posible sobre la continuidad o no del proyecto”, agregó.
A su turno, el senador Jorge Benedetti aseguró que es “muy frustrante” que un proyecto que demoró cerca de 8 años para la estructuración se encuentre frenado debido a “caprichos” del Gobierno de turno.
“Es el proyecto de mayor impacto en temas medioambientales y la solicitud de licencia ambiental que hace la ministra de Ambiente puede llevar a que haya atrasos hasta por tres años más”, dijo el congresista de Cambio Radical.
Asimismo, puso de presente que estos retrasos podrían conllevar a pago de sanciones multimillonarias: “Este panorama puede poner en riesgo la materialización del proyecto que busca garantizar a las comunidades de Atlántico y Bolívar”.
¿Qué dice la ANI?
Francisco Ospina, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), aseguró recientemente a EL HERALDO que se avanzaba en el análisis de las acciones a adelantar por parte del concesionario Ecosistemas del Dique y de la entidad para cumplir el requerimiento de licenciamiento ambiental.
“Vamos a entrar a revisar el proceso a seguir, para definir los escenarios del proyecto y saber si es viable conforme a los requisitos de licenciamiento ambiental”, agregó el funcionario.
Es de anotar que el proyecto tiene una longitud total de 115,5 kilómetros, que abarca la hidrovía, entre Calamar y la bahía de Cartagena. La ejecución de las obras incluye, de acuerdo con la Agencia Nacional de Infraestructura, un sistema de esclusas y compuertas para evitar la entrada no controlada de grandes cantidades de sedimentos y caudal.