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Son una de las cinco unidades ecológicas más productivas del mundo. El manglar es un tipo de arbusto que crece en las ciénagas, zonas pantanosas y en las orillas de los cuerpos de agua de zonas tropicales, cuyo papel en la conservación del medioambiente es crucial.

Sus beneficios para el planeta son infinitos: mitiga el cambio climático, propicia el desarrollo y mantenimiento de los ecosistemas, contribuye a la seguridad alimentaria, además de ayudar a absorber las emisiones de carbono de la atmósfera, tarea que realiza de forma más eficaz que muchas otras especies.

A pesar de ser cada vez más estudiado por científicos y reconocido por su papel preponderante, en los últimos años ha crecido la preocupación por la conservación de los ecosistemas de manglares en el mundo, cada vez más amenazados por la tala indiscriminada.

Una especie generadora de vida

Los manglares están llenos de vida: más de mil 500 especies de plantas y animales - el 15% de ellas en peligro de extinción- dependen de estos ecosistemas, según reportes de las Naciones Unidas. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia reseña en su web que alrededor de los manglares vive una gran variedad de vegetales, cientos de hongos y especies de plantas acuáticas, que son la base productiva del ecosistema. “Cuando sus hojas caen alimentan a una enorme diversidad de organismos y también a los ecosistemas vecinos, puesto que exportan parte de esa energía. Es así como favorecen la reproducción de innumerables especies marinas”, reseña Minambiente.

Claves en la seguridad alimentaria

También conocidos como los ‘bosques azules’, constituyen uno de los hábitats más productivos y valiosos del mundo. “El 80% de las especies marinas dependen del ecosistema de manglar para subsistir, por lo que la destrucción del mismo incide en la disminución de la pesca”, señala también Minambiente. Y es que los manglares benefician la seguridad económica y alimentaria del planeta. “Son un hábitat de cría crucial para la biodiversidad marina: las especies de pesca comercial pasan parte de su ciclo de vida en estos ecosistemas o dependen de ellos para su alimentación”, señala Naciones Unidas. Es decir, juegan un rol importante y trascendental en este aspecto.

Propician un aire más limpio

La ONU ha resaltado en diversas publicaciones que estos POR CRISTIAN AGAMEZ PÁJARO @ElUniversalCtg Especial ecosistemas costeros ayudan a la purificación del aire, pues “extraen hasta cinco veces más carbono que los bosques terrestres, incorporándolo a sus hojas, ramas, raíces y a los sedimentos que hay bajo ellos, con lo que aumentan el nivel del suelo y frenan la subida del nivel del mar”.

“Son increíblemente eficientes para almacenar carbono”, afirmó Isabelle Vanderbeck, experta internacional en aguas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Según este mismo programa, los manglares del mundo retienen cada año hasta 22,8 millones de toneladas de carbono y un solo manglar tiene una capacidad diez veces mayor de absorber emisiones de carbono, que otras especies.

Barreras naturales para la marea

Por si fuera poco, además protegen las costas con sus densos sistemas de raíces que actúan como amortiguadores naturales contra las marejadas, lo que ayuda a su vez a proteger de desastres naturales e inundaciones. Estos ecosistemas también pueden ayudar a proteger a las costas de las tormentas y ayudar a regular la intensidad de los huracanes.

Una especie que debe ser cuidada

Muy a pesar de su importancia para los ecosistemas, los bosques de manglares están desapareciendo ya que su madera es muy apreciada por las comunidades costeras para la construcción, el combustible e incluso como material para medicinas. Diferentes organismos ambientales internacionales han realizado llamamientos y constantemente lanzan campañas para la conservación de estos ecosistemas.

“Tres cuartas partes de los manglares del mundo están amenazados”, ha dicho la ONU, invitando a realizar acciones para frenar esta amenaza: conocer la importancia de los manglares, conocer qué está impulsando su pérdida, tomar decisiones sostenibles para conservarlos y evitar la contaminación que los afecta, informarse sobre cómo funciona la restauración de manglares y converirse en defensor y activista.