En la búsqueda para alcanzar un desarrollo económico sostenible, durante el Congreso Nacional de las Cajas de Compensación Familiar se cuestionó el hecho de que el Gobierno nacional no esté trabajando manera integral y hacer que el empleo informal se convierta en formal.
José Ignacio López, presidente de la Asociación Nacional de Institución Financiera (Anif), señaló que se prevé que la tasa de interés del Banco de la República podría caer entre 100 y 250 puntos básicos, alcanzando un 6 % el próximo año, lo que se considera positivo para la economía.
De igual manera, sostuvo que hay señales de un aumento moderado en la necesidad por créditos en sectores como vivienda y vehículos. Además, se anticipó que hay una ligera disminución en la tasa de desempleo del 10,9 % este año al 10,6 % en el próximo.
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“El contexto externo, como conflictos geopolíticos y la situación fiscal interna, presenta riesgos e incertidumbres. Existe preocupación acerca de la especialización en el sector servicios y cómo impactará el crecimiento a largo plazo. Se plantean tareas pendientes en formalización y productividad que deben ser abordadas para asegurar un desarrollo económico sostenible”, sostuvo López.
Cristina Vélez, decana de la Escuela de Economía y Finanzas (Eafit), indicó que la economía formal en Colombia enfrenta grandes desafíos, ya que el 80 o 90 % de los municipios carecen de actividades económicas que impulsen la productividad.
Explicó que aunque existen iniciativas para promover el desarrollo, la mayoría se centra en pocas ciudades. “Hay esperanza en el movimiento de reubicación industrial, como el nearshoring, que podría posicionar a Colombia como un centro manufacturero para los mercados de Estados Unidos y Europa. Este crecimiento está siendo impulsado por industrias especializadas que están elevando las exportaciones en regiones como Medellín”.
Aseguró, además, que la informalidad en la economía tiene una fuerte carga de género, afectando desproporcionadamente a las mujeres y a las personas en zonas rurales.
Juan Daniel Oviedo, concejal de Bogotá, mencionó que en el momento en que el Gobierno nacional acoja los empleos informales como parte del sistema, se irá cerrando la brecha y pasarán hacer formales.
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“Colombia tiene un sistema educativo que no da trabajo. Desde el 2014 llegó Uber y entonces lo que dice el Gobierno es que los alcaldes deben perseguirlos, pero no crea una medida que haga que estos se vuelvan formales y se cree una economía formal para las decenas de colombianos que tienen que vivir de este oficio”, aseveró.
Sugiere que en Colombia se observa un patrón de crecimiento económico atípico, donde tanto el sector agropecuario como el de los servicios están creciendo, pero esta expansión está marcada por altos niveles de informalidad.
Aseveró que aunque se ha destacado el papel del agro y su crecimiento, hay preocupación sobre la falta de modelos de extensión y desarrollo agropecuario. Por otro lado, en las ciudades, la economía se reanima pese a la inflación, con un aumento en la movilidad y la utilización de servicios informales.
“La informalidad, que afecta tanto al agro como a los servicios, representa un músculo importante del crecimiento, pero su solución no está en leyes o reformas, ya que la reforma laboral podría incluso aumentar la informalidad. Además, el problema del mototaxismo ha permanecido sin respuesta desde 2008, subrayando la necesidad de abordar estos temas para avanzar hacia una economía más formal”, puntualizó.