Homenajear a las decenas de familias migrantes que, a principios del siglo XX, llegaron muelle de Puerto Colombia para impulsar el desarrollo del Atlántico y el país fue la principal razón que motivó la construcción del monumento ‘Ventana de Sueños’, que –sin duda– además de dinamizar la economía del municipio de Puerto Colombia, se convierte en un nuevo ícono de la arquitectura a nivel nacional.
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El espacio seleccionado fue en la rotonda que remata la calle 1E en el municipio porteño, convirtiéndose así en un punto estratégico en medio del proceso de fortalecimiento de la infraestructura turística. De esta manera se convertirá en un punto obligado para propios y visitantes.
Esta obra está conectada con el borde de playa de la ampliación del Malecón. Su distancia entre el muelle y la rotonda es cerca de 2.5 kilómetros.
'De las tres estructuras que hay, esta va ser la más hermosa y emblemática. Contará con una gran iluminación y unos colores espectaculares acordes al mar que señalan el desarrollo y recuerdan a dónde llegó todo', aseguró Christian Daes, COO de la empresa Tecnoglass, que financió el desarrollo de este proyecto.
Para la selección del diseño, la mencionada compañía y la Sociedad Colombiana de Arquitectos realizaron una serie de talleres participativos con estudiantes de los colegios públicos del municipio de Puerto Colombia. Los menores fueron seleccionados internamente por sus instituciones, dadas sus habilidades artísticas y desempeño académico.
Las propuestas artísticas de los estudiantes, junto con sus reflexiones, fueron incorporadas en un anexo que sirvió de insumo para la segunda fase del concurso. En ese espacio, profesionales de la arquitectura y el diseño dieron rienda suelta a su creatividad para la creación de un faro.
De acuerdo con Alfredo Reyes, presidente nacional de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, el objetivo de la convocatoria es que el diseño se convirtiera en un ícono, tuviera un lenguaje fácil de interpretar y que fuese aceptado como propio, así como con la Ventana al Mundo y la Ventana de Campeones.
'Esta no es una escultura, es un elemento arquitectónico, arte público, pero que no es estático porque genera una interacción con los navegantes, lo que lo vuelve muy dinámico. La interacción será hacia la guía marítima cumpliendo el objetivo de la utilidad pública', aseveró Reyes.
Los criterios que los jurados tuvieron en cuenta para escoger los diseños ganadores fueron: la incorporación de los aportes de los niños, el valor de la propuesta artística y su pertinencia de acuerdo con el tema señalado, la viabilidad técnica y financiera para su construcción, entre otros.
'Esta idea se consolidó como un monumento interactivo que utilizará tecnología de punta para generar luz y sonido teniendo en cuenta que la playa donde se levantará promete ser el epicentro de los grandes eventos al aire libre en Colombia', aseguró el arquitecto James Ariza, quien junto a su hermano Alays, ganó la convocatoria para diseñar el faro.
Infraestructura de punta
Al interior del faro se adelantaron procesos de alta tecnología, que convertirán a la estructura en un módulo interactivo como no hay otro en el país.
Además de la baliza que 'corona' la estructura a 70 metros de altura –que generará destellos a más de 20 millas náuticas, el equivalente a 37 kilómetros a 37– un inmenso cono de acero revestido en cristal de alta gama aloja más de 55 mil bombillos LED que generará un patrón de iluminación que hará ver la estructura como un gran edificio lumínico en tonos azules degradados.
En el tótem, ubicado en la parte baja de la rotonda, se incluyeron los apellidos de los migrantes que entraron por Puerto Colombia gracias a una investigación que hizo de estos registros la Gobernación del Atlántico y la alcaldía de Puerto Colombia en los archivos que aún se conservan en la Aduana.
'En esos muros vamos a contar la historia de Puerto Colombia. Tenemos uno del lado de la calle y otro del lado del mar. Vamos a hacer una cronología del muelle de Puerto Colombia, de cómo nació el municipio, de quiénes fueron sus fundadores. Básicamente es contar desde que surgió Puerto Colombia hasta hoy. Será un museo al aire libre', aseguró Stephan Chain, de la firma Energía Solar.
Para lograr esta obra se requirió de cerca de 100 mil tornillos en su fachada, 25 toneladas de aluminio que equivalen al peso de cuatro elefantes africanos adultos, 8 kilómetros de sello de silicona de alta calidad para la junta de los vidrios, 1.588 metros de vidrio laminado con varias tonalidades de azul.
'Esta no es una escultura, es un elemento arquitectónico, arte público, pero que no es estático porque genera una interacción con los navegantes, lo que lo vuelve muy dinámico. La interacción será hacia la guía marítima cumpliendo el objetivo de la utilidad pública', aseveró Reyes.
Además, se utilizaron también 2.300 metros de cable de energía y 8 kilómetros de cable de señal conectados a los controladores de iluminación.
Adicionalmente, se instaló un centro de control que dominará de manera remota el sistema de iluminación de tal forma que a distancia se podrán variar los patrones de las figuras que vaya formando la vela que simula este coloso que parecerá moverse al ritmo de la música cuando de eventos públicos y recreativos de trate.
'La geometría de la obra es difícil, es una estructura metálica compleja por la altura que tiene. Tecnoglass con su equipo se empleó a fondo en tener un diseño de detalle, la cromática de los vidrios que son casi que inteligentes porque tienen tonos diferentes, a eso se le suma la disposición y juntas que están tan bien diseñadas que no se ven', puntualizó el presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos.
